Casi un año después de haber sido enviado a Estados Unidos, el avión presidencial TP-01, un Boeing 787-8 llamado José María Morelos y Pavon, será regresado a México para su resguardo y así explorar tres alternativas de comercialización.
Así lo anuncio en conferencia, el director general de Banobras, Jorge Mendoza, sobre la decisión del Gobierno federal para traer el Boeing 787-8, e informó que luego de que Banobras adquirió el avión presidencial a un costo de 218 millones de dólares, éste fue arrendado a la Sedena y a la Secretaría de Hacienda.
Explicó que al cierre de 2019 se habían gastado en el pago más de intereses de la deuda de la aeronave mil 833 millones de pesos; sin embargo, existe un remanente de pago de 2020 al 2027 de 2 mil 724 millones de pesos.
De esta manera, afirmó el funcionario, si el TP-01, es vendido al precio de avalúo de 130 millones de dólares, esto sería suficiente para pagar el saldo del Gobierno federal con Banobras. Así se liberarían cerca de 2 mil 724 millones de pesos, que es el remanente, los cuales se podrían destinar otros rubros.
Por su parte el Comandante de la Fuerza Aérea Mexicana señaló, que el avión será guardado en el hangar del 6to Grupo Aéreo.
En el año 2012 el valor de lista de un Dreamliner 787-8 era de unos 218 millones de dólares, por lo que con el avalúo de Naciones Unidas, que estableció un mínimo de 150 millones de dólares, su sola venta significaría una pérdida de cerca de 68 millones de dólares
De acuerdo con el Presidente, una vez que, se termine el mantenimiento del avión, en Victorville, California se llevará a cabo un proceso de certificación para que regrese a México. En la conferencia se precisó que el gasto semanal para mantener la aeronave en Estados Unidos es de 4 mil dólares; además, por mantenerla en preservación se han gastado 13 millones de pesos y 15 millones de pesos más en mantenimiento.
El presidente señaló además que las tres alternativas de comercialización de la aeronave una vez en México son buscar un comprador único, la venta en copropiedad o la renta de este transporte.
De acuerdo con el contrato firmado por la Secretaría de la Defensa Nacional con la empresa Boeing Company, la adquisición del Boeing 787-8 fue pactada en el 2009 y el costo total será pagado en 15 años. El precio de lista del 787 es de más de 200 millones de dólares, pero el gobierno mexicano obtuvo un descuento de 70 millones de dólares, pues se compró bajo el acuerdo en que Aeroméxico cerró la compra de 100 aviones a Boeing, 90 737-8 MAX y 10 aviones 787 adicionales.
Lo anterior también porque este avión era el avión de prueba N° 6 de Boeing matrícula ZA-006. Siendo el segundo Dreamliner en usar los motores GEnx-1B, el avión matricula ZA005 fue el primero. También fue utilizado para pruebas de efectos electromagnéticos de radiofrecuencia de alta intensidad y para ETOPS.
Desde diciembre de 2018 y hasta hoy, la administración federal ha intentado vender el B787-8 Dreamliner, por medio de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos, con un avalúo máximo de dos mil 925 millones de pesos –según la consultora de aviación norteamericana Morten Beyer & Agenew–.
Después de más de 130 vuelos dentro y fuera de México en un periodo de dos años y nueve meses, el avión presidencial, realizo el 30 de noviembre de 2018, su último viaje como aeronave oficial al traer de vuelta al presidente Peña Nieto luego de su participación en la Cumbre del G20 en Buenos Aires, Argentina. La aeronave realizó su último viaje en territorio nacional la última semana de noviembre para una gira por los estados de Sonora y Sinaloa. El avión viajó una distancia desde Buenos aires, Argentina hasta la Ciudad de México de 8,005 Kilómetros en un lapso de 11 horas aproximadamente.
El TP-01 tiene el record del vuelo más largo, realizado por una aeronave militar mexicana al volar desde Vietnam a la Ciudad de México volando la distancia de 15.085 km en un tiempo de 16 horas y 02 minutos. El avión José María Morelos y Pavón llevo al presidente de México, al país asiático para participar en la reunión de líderes del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), Esta es la primera vez que la Fuerza Aérea de México cuenta con una aeronave con capacidad intercontinental.
Como sabemos la venta del avión presidencial TP-01 fue una de las promesas de campaña del presidente. El estudio de viabilidad de la empresa Ascend Flightglobal Consultancy determinó en 2016 que «de venderse la aeronave a una aerolínea comercial, se tendría una pérdida muy significativa respecto del valor de compra. Esto se debe a los costos y tiempos de reconversión interna, así como a la pérdida del equipamiento actual. El consultor estimó que, si se vendiera a alguna aerolínea comercial, su venta podría representar una pérdida de más del 58 por ciento de su costo unos 128.2 millones de dólares.
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