La Armada de México participara en Rimpac 2018, el ejercicio de guerra naval más grande del mundo en el que también participarán las armadas de Chile, Perú, Brasil y Colombia; en total serán 27 países, 47 buques de guerra, cinco submarinos, 18 fuerzas terrestres, más de 200 aviones y unos 25.000 marinos.
Armadas de los cinco continentes surcarán los océanos del mundo para cruzarse el próximo 27 de junio en un punto en el Pacífico. Dirigirán sus proas hacia Hawái y las costas del sur de California, en cuyas cercanías tendrá lugar hasta el 2 de agosto. Como sucede desde hace más de una década, fuerzas navales de Chile, Colombia, México y Perú participarán en el evento al que este año se sumará Brasil. Por primera vez una armada latinoamericana, entre todas las que participan, va a conducir el componente marítimo de las Fuerzas Coordinadas siendo la Armada Chilena, quien dirigirá los esfuerzos conjuntos que pretenden fomentar y mantener relaciones de cooperación para garantizar la seguridad de las rutas marítimas y de los océanos del mundo.
En esta vigésimo sexta versión del ejercicio multinacional, que se realizará entre el 27 de junio y el 2 de agosto, la Armada de Chile asumirá la responsabilidad de convertirse en la primera marina no angloparlante en conducir el Componente Marítimo de las Fuerzas Combinadas o Combined Force Maritime Component Commander (CFMCC).
En el ejercicio participan más de 40 buques de superficie, haciéndose extremadamente difícil el control, porque se necesita coordinar y asignar tareas a un gran número de contingentes navales de muy diferentes países.
Creado en 1971, este ejercicio naval surgió con el objetivo de contener la expansión soviética hacia el Pacífico, participando Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Reino Unido, aliados tradicionales de EE.UU. Pero, con los años y ya sin la “amenaza” de la bandera roja de la Unión Soviética, el RIMPAC se transformó. Más naciones se sumaron y sus tareas y misiones también se extendieron hacia nuevos objetivos ya que un gran número de misiones están orientadas a un amplio abanico de situaciones de seguridad, que abarcan auxilio en casos de desastre, hasta tareas de control marítimo y simulaciones complejas de combates.
El programa de entrenamiento incluye operaciones anfibias, artillería, lanzamiento de misiles, ejercicios antisubmarinos y de defensa antiaérea. También operaciones contra la piratería, de remoción de minas, eliminación de artefactos explosivos y operaciones de buceo y rescate.
Diversos expertos señalan que la importancia de estos ejercicios se sostiene en el hecho de que actualmente las armadas hacen mucho más que combatir potencias rivales. Apoyan campañas regionales como las de Siria, Irak y Afganistán. Pero también realizan una gran cantidad de tareas policiales en tiempo de paz, como combatir la piratería en el Golfo de Adén o el Golfo de Guinea, detener a traficantes de armas o de personas y combatir la proliferación de armas no convencionales. Además se tiene la percepción de que los RIMPAC se convirtieron también en un gran ejercicio multinacional de relaciones públicas y diplomáticas. Por eso, quién recibe la invitación de la Sexta Flota para participar -o no- también conlleva un mensaje político.
La Armada de México participara en el ejercicio operando en las costas del sur de California, Estados Unidos. El buque de guerra anfibia A-412 Usumacinta, será la nave que participará en el ejercicio naval 2018. El Usumacinta es una de las dos naves de guerra anfibia de la Clase Papaloapan con que cuenta la Armada de México, causó alta en el 2001 y se unió al ARM-411 Papaloapan como parte de la flotilla de naves de guerra anfibia adquiridas por la Marina de México.
El ARM-412 Usumacinta participó en febrero de 2005, en las operaciones de ayuda humanitaria con las que México envió más de 1,500 toneladas de víveres y medicinas a Indonesia tras el tsunami que causó más de cien mil muertes en las costas de ese país. El Usumacinta fue el primero en zarpar, seguido del multipropósito ARM-Zapoteco y semanas más tarde del buque de guerra anfibia ARM-411 Papaloapan.
La nave tiene una eslora de 172 metros, una manga de 21.18 metros, un calado medio de 3.36 metros y una capacidad de desplazamiento de 8,430 toneladas. Su dotación es de 267 elementos y puede transportar además a 347 personas más. Cuenta con motores a diesel y dos motogeneradores eléctricos y puede alcanzar los 20 nudos marítimos de velocidad máxima (alrededor de 50 km/h). Puede llevar hasta 42 mil litros de agua potable y movilizar 2 mil toneladas de cargamento. Además cuenta con una cubierta de vuelo para operar helicópteros pesados como los Mi-17 o los HM-225M con los que cuenta la Armada de México.
En la edición anterior del RIMPAC, la Semar participó con el mismo buque A-412 Usumacinta, llevando además una tripulación de 217 integrantes, una dotación de 78 tripulantes, un helicóptero Mi -17V5 con 5 elementos y una Compañía de Infantería de Marina con 134 elementos embarcados.
Con 61 votos a favor, 9 en contra y dos abstenciones, la Cámara de Senadores autorizó al Presidente de la República a que permita la salida de elementos de la Armada de México, a fin de que participen en diferentes ejercicios multinacionales, que se realizarán fuera de los límites del país.
En el dictamen se señala que estos ejercicios permitirán mejorar la interoperatividad y capacidad de las fuerzas navales que participan e integrar una fuerza de tarea multinacional, a fin de fortalecer la colaboración con aliados regionales e internacionales. Se menciona que las prácticas de este tipo sirven para fortalecer la confianza mutua y la integración con las armadas de continente, en especial, con las regionales; además de que se mantiene un nivel de adiestramiento adecuado para cooperar eficazmente entre sí.
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