La Industria aeroespacial mexicana tendrá tres proyectos clave del sexenio
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- noviembre 28, 2024
Los interceptores F-5E/F Tiger II y que equipan al Escuadrón Aéreo 401 de la Fuerza Aérea Mexicana, son aviones de combate ligeros diseñados principalmente para misiones de defensa aérea y ataque ligero. Estas son sus capacidades de combate: Armamento – Dos cañones Pontiac M39 de 20 mm – Dos misiles aire-aire AIM-93P Sidewinder. – Pueden portar una variedad de bombas y cohetes no guiados para misiones de ataque a tierra. Rendimiento – Velocidad: Aproximadamente Mach 1.6 (alrededor de 1,700 km/h). – Alcance: 1,400 km sin reabastecimiento en vuelo, con tanque de combustible – Techo de Servicio: Hasta 51,800 pies (unos 15,800 metros). Aviónica – Equipados con un radar AN/APQ-159, que permiten la detección y seguimiento de objetivos aéreos. – Sistemas de navegación y comunicación básicos, adecuados para su época de diseño. Aunque los F-5E han sido efectivos en su rol, su tecnología es ahora considerada obsoleta en comparación con los aviones de combate modernos. La decisión de reemplazar o modernizar los F-5E de la Fuerza Aérea Mexicana es un dilema complejo que implica una serie de factores interrelacionados. Argumentos a favor de la modernización: Extensión de la vida útil: Mediante actualizaciones tecnológicas, los F-5E podrían prolongar su servicio activo por varios años más, ofreciendo una solución a corto plazo y más económica que la adquisición de nuevos aviones. Continuidad operativa: Los pilotos mexicanos ya están familiarizados con el F-5E, lo que reduce los costos y el tiempo de entrenamiento necesarios para operar una nueva plataforma. Integración a sistemas existentes: La modernización permitiría integrar los F-5E a los sistemas de defensa aérea existentes, optimizando la interoperabilidad y la eficiencia. Argumentos a favor del reemplazo: Obsolescencia tecnológica: Los F-5E son aviones de una generación anterior, y su tecnología se ha vuelto obsoleta en comparación con los cazas de última generación. Limitaciones operativas: Los F-5E tienen limitaciones en cuanto a alcance, carga útil y capacidades de combate aire-aire, lo que los hace menos efectivos en escenarios de conflicto modernos. Costos a largo plazo: Si bien la modernización puede ser una opción atractiva a corto plazo, los costos de mantenimiento y actualización a largo plazo podrían superar los beneficios. Factores a considerar: Presupuesto: El presupuesto de la Fuerza Aérea Mexicana es un factor limitante que influirá en la decisión final. Necesidades operativas: Las amenazas a la seguridad nacional y las misiones que debe cumplir la Fuerza Aérea definirán las capacidades requeridas en un nuevo caza. Disponibilidad de opciones: La oferta de cazas en el mercado internacional y las condiciones de las negociaciones con los fabricantes también serán determinantes. Integración a la región: La necesidad de operar en conjunto con otras fuerzas aéreas de la región, como Estados Unidos y Canadá, podría influir en la elección de un nuevo avión. En conclusión, la decisión de reemplazar o modernizar los F-5E es una cuestión estratégica que debe ser analizada cuidadosamente. Si bien la modernización puede ser una solución a corto plazo, la adquisición de nuevos cazas a largo plazo parece inevitable para garantizar la seguridad aérea de México y su capacidad para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Algunos posibles candidatos para reemplazar al F-5E incluyen: F-16 Block 70/72: Una versión modernizada del F-16, con capacidades mejoradas y mayor alcance. Gripen E: Un caza sueco de última generación, conocido por su alta maniobrabilidad y bajo costo de operación. FA-50: El FA-50 es un avión de combate ligero basado en el avión de entrenamiento supersónico avanzado T-50 Golden Eagle. El avión tiene un solo turboventilador General Electric F404, el mismo que el F/A-18 Hornet, y puede superar los 1800 km/h. Es importante destacar que la elección de un nuevo caza debe basarse en un análisis exhaustivo de las necesidades específicas de la Fuerza Aérea Mexicana y en una evaluación rigurosa de las diferentes opciones disponibles en el mercado.
READ MOREPor: José Antonio Quevedo C. Hace 42 años diez aviones F-5E y dos F-5F fueron incorporados en la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) en agosto de 1982, con ellos se activó el Escuadrón Aéreo 401, que tiene la responsabilidad de la defensa aérea de la zona central de México y su ciudad capital. En febrero de 1981 se conocía por la oficina de prensa de la Presidencia de México, que se habían adquirido para la FAM una docena de reactores F-5E/F, el 25 de febrero de ese año, el entonces secretario de la Defensa, el Gral. Félix Galván López confirmó que se estaba negociando la compra de una docena de aviones F-5E/F nuevos de fabrica con la compañía Northrop Aircraft Co. Ese día el secretario de la Defensa Nacional, señaló a la prensa que dicha operación costó al país mil 450 millones de pesos y que cada avión costo 145 millones de pesos y explicó que “…ante el crecimiento económico, industrial y petrolero que está presentando México, es indispensable que las fuerzas armadas lo hagan para que se cuente con la seguridad y se disfrute de esos recursos.” Agrego además que la adquisición significa un reforzamiento de las fuerzas armadas y la posibilidad de defender nuestro espacio aéreo que casi lo teníamos descubierto. Respecto a la adquisición del Kfir señaló, que debido a las dificultades que representaban la distancia y el alto costo de esos aviones, la operación se tuvo que anular. El contrato suscrito entre la Secretaría de la Defensa Nacional y Northrop Aircraft Co. (Proyecto FMS IF-70), ascendió a más de 100 millones de dólares, incluyendo el suministro de diez nuevos aviones F-5E y dos F-5F, refacciones, capacitación, armamento y equipamiento para mantenimiento. Con base en ese contrato, la FAM podría ejercer la opción de compra de doce aviones adicionales, opción que nunca fue ejercida por los problemas económicos surgidos en 1982 y 1985. El costo de las aeronaves fue de cincuenta y ocho millones doscientos veinte mil dólares ($58’220,000.00) y el resto se destinó al entrenamiento, refacciones y equipamiento. La FAM es operador de la versión del F-5E denominada de “calidad mejorada” ó F-5E IHQ Versión de Calidad Mejorada o VCM). Esta versión se caracteriza por contar con un cono de nariz mucho más plano y redondeado, así como una mayor extensión alar ó LEX (Leading Edge Extension) que se incorporaron en el diseño del F-5G ó F-20. Los usuarios de esta versión son los últimos en la línea de producción como México, Bahrain, Corea del Sur, Malasia y las últimas versiones incorporadas por Singapur y Suiza. Algunos F-5E de la marina norteamericana fueron equipados en los años noventa con ese cono de nariz. Los F-5E IHQ tienen mucho mejores prestaciones en vuelo y maniobrabilidad que sus predecesores y en su momento fueron de los cazas mas capaces del mundo. Para iniciar la integración de un nuevo escuadrón de combate, equipado con veloces interceptores, la Comandancia de la Fuerza Aérea Mexicana seleccionó al personal que se haría cargo del mantenimiento y la logística de estas aeronaves, enviando en una primera instancia a más de 90 elementos de mantenimiento y apoyo a la Base Aérea Williams en Fénix, Arizona, lugar donde se ubicaba el Escuadrón de Entrenamiento Táctico de Pelea 425 (425th TFTS). Un programa formal debidamente estructurado, fue utilizado para capacitar al personal de mantenimiento que apoyaría las operaciones de los aviones F-5E/F en México. Para el personal de vuelo, se eligió a pilotos que contaran preferentemente, con experiencia en el avión T-33, recordemos que la FAM operaba este reactor de entrenamiento que permitía a sus pilotos contar con un nivel de adiestramiento para operar aeronaves de mayor desempeño, algunos pilotos de otros escuadrones, fueron destacados al 7° Grupo Aéreo Jet de Pelea para efectuar curso del idioma inglés, así como entrenamiento regular de refresco de las tripulaciones en los T-33, en preparación a la capacitación para el F-5E/F, algunos de los escuadrones que aportaron pilotos fueron el EMET, el E.A. 203 y el E.A. 208, enviando en una primera instancia a ocho pilotos a la Base Aérea de Williams en Phoenix, Arizona, ahí se encontraba el Escuadrón de Entrenamiento Táctico de Pelea 425 (425th TFTS), recibiendo adiestramiento como pilotos de combate y otros como instructores durante ocho meses, entre ellos podemos mencionar al Coronel Ernesto Arcos Oropeza, al Teniente Coronel Julio Ponte Romero, al Mayor Chapa Casas, a los Capitanes Valenzuela Mata, Vega Rivera, Bustillo Chiñas y José León Ortiz. En su artículo Pioneros del Escuadrón Aéreo 401, publicado en el número 146 de la Revista América Vuela, octubre–noviembre 2012, Mariano García, especialista en aviación militar relata lo siguiente: “En agosto de 1982, después de haber terminado el curso en Phoenix, Arizona, nos trasladamos, el entonces teniente coronel Arcos Oropeza y yo (Julio Ponte Romero) a Palmdale, California, donde recibimos el curso para hacer los vuelos de prueba de mantenimiento. Antes de empezar a volar los aviones llegamos a los salones de clase en Heathrow, un aeropuerto en la misma ciudad, donde recibimos adiestramiento en tierra y el curso de vuelo, después nos trasladaron nuevamente a Palmdale, donde tomamos los cursos de Vuelo de Revisión de Mantenimiento, en los que un piloto capacitado hace pruebas a un avión recién salido de la línea de producción. El manual tiene aproximadamente 44 páginas, donde se exponen todos los sistemas del avión y se anotan los parámetros de arranque, revoluciones, temperaturas, tiempo en que bajan las aletas hipersustentadoras o el tren de aterrizaje. En EU pasamos 16 meses, tiempo en el que hicimos el curso de inglés, el de piloto de F-5, el de combate, el de instructor, el de instructor de combate y finalmente el de revisión de mantenimiento. Este último curso es de mucha responsabilidad pues las pruebas de recepción no permiten errores u olvidos de algún paso. Los aviones nuevos tienen que estar certificados al 100% pues un error podría ser de fatales consecuencias para los pilotos. Cuando hicimos el primer traslado, (el 10 de agosto
READ MOREEs así como en una discreta visita la Fuerza Aérea Brasileña desplego este 29 de julio una aeronave KC-390 a la Base Aérea Militar N° 1 en Santa Lucia, para realizar una serie de demostraciones a los mandos de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) siendo así que, y de acuerdo con la aplicación Flight Radar 24 la aeronave estuvo realizando un vuelo de un poco más de una hora de duración, volando sobre diversas localidades del centro de México, despegando y aterrizando desde Santa Lucia.
READ MOREPor José A. Quevedo Durante 46 años el Lockheed T-33 sirvió en las filas de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) como el único avión entrenador jet de la aviación militar mexicana hasta que fue desactivado el 13 de julio de 2007 en una ceremonia con la que se despidió del servicio activo. Mucha de esta longevidad se logró por su extraordinaria construcción y diseño además de la gran calidad en su fabricación, pero de suma importancia fue el gran trabajo que durante años los técnicos de mantenimiento mexicanos realizaron sobre las aeronaves. En México se les conoció como “Tetras” el nombre de “Tetra” deriva de un apodo dado a la aeronave por la pronunciación que se le da en español a la denominación T-33 que se pronuncia como te-treinta y tres. El Lockheed T-33 fue adquirido por México a través del Sistema norteamericano de Asistencia Militar (F.M.S. por sus siglas en ingles) en 1960. Las primeras quince maquinas, fueron entregadas entre el final del año 1961 y principios de 1962 pasando revista de entrada en el Escuadrón Aéreo Jet de Pelea 202, el día 11 de enero de 1962 en la Base Aérea Militar ubicada en el Aeropuerto de la ciudad de México. Al mando del escuadrón estaba el C. Mayor Piloto Aviador Ernesto González Ochoa. En enero de 1962 se formó también el Séptimo Grupo Aéreo Jet de pelea, al mando del Teniente Coronel Piloto Aviador Graco Ramírez Garrido, reconocido veterano de la Segunda Guerra Mundial con el Escuadrón Aéreo 201 y donde fue encuadrado el escuadrón permaneciendo así hasta 1998 cuando se reorganizo por decreto la estructura de mando de la FAM. En febrero de 1986, la FAM inicio los trámites para la adquisición de aviones T-33 que la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) tendría disponibles a partir de julio de ese año. Con los nuevos aviones la FAM creó tres nuevos escuadrones y un nuevo grupo aéreo. El 16 de octubre de 1988 causo alta el 10° Grupo Aéreo de la 2ª Ala de combate, adscrito a la IV Región Aérea del Sureste, entre enero y febrero de 1989 quedaron constituidos el Escuadrón Aéreo Jet de Pelea 210 con base en Mérida, Yucatán y los Escuadrones Aéreos Jet de Pelea 211 y 212 basados en Ixtepec, Oaxaca, mientras el Escuadrón Aéreo Jet de Pelea 202, al que se integraron nuevas máquinas, permaneció en la BAM Nº 1 de Santa Lucía con el 7º Grupo Aéreo, como parte de la 1ª Ala de Combate. A mediados de 1989 el estado operativo de las aeronaves era el siguiente: ESCUADRON N° DE AVIONES EAJP 202 17 EAJP 210 12 EAJP 211 10 EAJP 212 13 TOTAL 52 En 1998, con la reestructura de la FAM los T-33 fueron reubicados en un nuevo escuadrón. El Escuadrón Aéreo 402 (E.A. 402) fue creado para operar en la Base Aérea Militar N° 2 “Gral. Antonio Cárdenas Rodríguez” (BAM N° 2) en Ixtepec en el estado de Oaxaca el día 1° de enero de 1998, creándose también con esa fecha e instalaciones el 3er Escalón de mantenimiento de material aéreo y el Depósito de abastecimientos técnicos de la Fuerza Aérea. Para el 17 de enero de 1998, se ordena que 24 aeronaves que fueron dadas de baja de sus respectivos Escuadrones Jet de Pelea pasaran a formar parte del E.A. 402 Anterior a la reestructura a principios de 1997, se había ordenado el cambio de pintura de todas las aeronaves de la FAM, con lo que desaparecieron los llamativos esquemas de las aeronaves como los dientes de tiburón del EAJP 2002 o el águila negra del EAJP del 210. Una vez en la BAM N° 2 fueron cambiadas las matrículas sustituyendo las letras JE o Jet de Entrenamiento por el numeral 4 que de acuerdo al nuevo sistema de numeración corresponde a los aviones de combate, otros aviones que llevan el numeral 4 antes del número de la maquina son los Northrop F-5E/F. Entre las muchas razones por las cuales el T-33 se mantuvo en la primera línea de vuelo en la Fuerza Aérea Mexicana podemos contar las siguientes: -Era el único avión a reacción de transición con el que contaba la FAM para adiestrar a los pilotos que formaran parte de las tripulaciones de aeronaves más avanzadas en su momento como el Northrop F-5E el Boeing 727, el JetStar y el Boeing 737. -Algunas de estas aeronaves era posible artillarlas y emplearlas en adiestramiento para apoyo a fuerzas de superficie. -Podían realizar intercepciones en coordinación con el sistema de detección y control. -Era factible emplearlo en misiones de reconocimiento visual -Apoyaba el adiestramiento y desarrollaba capacidades para que el personal técnico trabajara en sistemas más complejos y modernos. Hasta julio del 2007 continuaban operando una docena de estas aeronaves realizando misiones de observación, adiestramiento e intercepción. Durante los meses de noviembre de 2005 y 2006 al menos cuatro T-33 participaron en los ejercicios de adiestramiento táctico en la Base aérea Militar de Santa Gertrudis, Chihuahua junto a otras unidades de la FAM, donde realizaron prácticas de bombardeo y ametrallamiento. Para el 45 Aniversario de la llegada de la aeronave a México, se decidió festejarlo con un atractivo esquema conmemorativo además de acondicionar algunas máquinas no operativas con los esquemas que usaron en su vida operativa en México en los Escuadrones Aéreos Jet de Pelea. Las aeronaves a las que se les aplico el nuevo esquema fueron la 4009 (aeronave del comandante del Escuadrón) la 4026, la 4046 y la 4055.
READ MORESgt. Seg. Rachel Maxwell Líderes de las fuerzas aéreas y representantes del hemisferio occidental se reunieron en Argentina, del 18 al 20 de junio, durante la 64.ª Conferencia de jefes del Aire de las Américas (CONJEFAMER). El General Fernando Luis Mengo, jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Argentina, fue el anfitrión del evento al que asistieron altos mandos de las fuerzas aéreas de 19 naciones, quienes participaron en análisis concentrados en las necesidades de preparación para cumplir con una visión colectiva, y trazaron planes para futuros ejercicios conjuntos. “La Conferencia de jefes del Aire de las Américas es una oportunidad única para aprender de nuestros vecinos del hemisferio occidental y establecer alianzas”, declaró el General David Allvin, jefe de Estado Mayor del Aire de los EE. UU. “También es un foro excepcional para mejorar nuestros objetivos de seguridad compartidos y generar confianza y entendimiento mutuos. Me sentí honrado de participar con mis homólogos y espero mejorar nuestra capacidad colectiva para hacer frente a los complejos desafíos globales”. La conferencia de tres días fue patrocinada por el Sistema de Cooperación entre las Fuerzas Aéreas Americanas (SICOFAA), una institución apolítica creada en 1961 que actualmente cuenta con 23 naciones miembros, con el propósito de cooperación y apoyo mutuo entre las fuerzas aéreas del hemisferio y sus equivalentes. “CONJEFAMER es hoy la mesa redonda de las fuerzas aéreas americanas”, dijo el coronel de la Fuerza Aérea Brasileña Bruno Pedra, subsecretario general de SICOFAA. “Esto hace imperativo mantener y fortalecer un ambiente de confianza y cooperación profesional”. Gran parte del valor adquirido durante la conferencia anual puede atribuirse a las relaciones establecidas entre los jefes del aire, para ayudar en situaciones de emergencia cuando sea necesaria una respuesta rápida. Sólo este año, Colombia sufre devastadores incendios forestales y Brasil enfrenta inundaciones sin precedentes, lo que hace que los debates sobre los esfuerzos de ayuda humanitaria y respuesta ante catástrofes ocupen un lugar destacado en los comentarios de algunos líderes. “En el mundo en que vivimos hay dos verdades irrefutables”, dijo el General de División Carlos Fernando Silva Rueda, subcomandante y jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea Colombiana. “La primera es que hay un cambio climático que produce desastres naturales en cualquier momento. La segunda es que no hay nada como tener amigos en quienes apoyarse cuando más se necesitan. Nuestros hermanos, las fuerzas aéreas de Argentina, Brasil, Chile, los Estados Unidos y Uruguay, respondieron a nuestro llamado a través de nuestro sistema dándonos una mano, aportando sus capacidades para que pudiéramos sortear estos incendios”. “En CONJEFAMER se reportan las lecciones aprendidas y se deciden las actividades a desarrollar”, destacó el Cnel. Pedra. “Congruentemente en Argentina, tanto los incendios forestales en Colombia como las inundaciones en Brasil, fueron abordados en el marco de las precoordinaciones mediadas por el SICOFAA”. El Cnel. Pedra también aludió a la posibilidad de ampliar la influencia de organizaciones similares fuera del hemisferio occidental. “Estudiando el SICOFAA en su totalidad, queda claro que su futuro incluye una relación sistemática con sistemas homólogos de África y de la región Indo-Pacífica”, aseguró. “De este modo, el máximo beneficio para sus miembros dependerá cada vez más de la capacidad diplomática de sus representantes, ya sea entre ellos o con sus respectivos gobiernos”. Los procedimientos formales llegaron a su fin cuando el Gral. Mengo entregó la campana ceremonial del SICOFAA al anfitrión del próximo año, el General Julio Rubén Fullaondo Céspedes, comandante de la Fuerza Aérea Paraguaya, simbolizando el comienzo de las actividades del próximo año.
READ MORELos F-5E/F mexicanos siempre han despertado el interés de la gente tanto a favor y últimamente en contra, siendo hasta la fecha los únicos aviones supersónicos de combate en México, recayendo la defensa aérea “estratégica” de los cielos mexicanos en el Escuadrón Aéreo 401, de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) basado en la base aérea militar N° 1 en Santa Lucía. Los F-5E/F mexicanos han tenido situaciones económicas y políticas que hicieron que las flota se estacionara en12 unidades de las 26 originalmente propuestas, el haber contado con los 26 aviones hubiera permitido a la FAM contar con una base más amplia para continuar con la operación con aviones modernizados tal y como lo hace Brasil o mejor aún tener un avión como el F-20 que se ofreció a México en 1986, pero que por efectos del impacto económico del sismo de septiembre de 1985 se alejó toda posibilidad de mas F-5E o F-20s antes de cerrar la línea de producción de Northrop.
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