Como perdió Suiza la venta de 120 aviones a México

Como perdió Suiza la venta de 120 aviones a México

Por: José A. Quevedo

El primer vuelo del prototipo del avión PC-9 ocurrió en mayo de 1984. Un segundo prototipo voló el 20 de julio del mismo año y ya contaba con todos los sistemas de la instrumentación electrónica estándar del vuelo y del control del medio ambiente instalados, era completamente representativo de la versión de la producción. Desafortunadamente el PC-9 había perdido la competencia para dotar a la Real Fuerza Aérea de un entrenador turbohélice ante el Shorts Tucano. Sin embargo, la promoción realizada condujo pronto a su primera orden por parte de la Fuerza Aérea de Arabia Saudita, aunque el primer avión de producción se entregó a Australia en mayo de 1987, con la designación PC-9/A.

En 1993, antes de la insurrección en Chiapas, la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) estaba en busca de un nuevo avión para complementar con una aeronave más moderna a los aviones PC-7 de sus escuadrones aéreos, siendo lógico optar por el PC-9B una nueva versión de instrucción avanzada del avión suizo. De acuerdo con la revista Air Force Magazine de diciembre de 1995, la FAM había comprado 48 aviones PC-9B, a la empresa Pilatus, mismos que ya no pudieron ser entregados por el veto que el parlamento suizo aplicó a esta compra, alegando un uso no autorizado.

 

Cabe señalar que en 1995 cuando la FAM intento que se entregaran los 48 aviones Pilatus PC-9B, cuyo costo era de unos 238 millones de dólares el Consejo Federal de Suiza intervino para impedir la venta de nuevos aparatos Pilatus a México. Un año antes, se habían utilizado aviones PC-7 para replegar a la guerrilla zapatista en Chiapas.

La FAM había ordenado 48 aviones Pilatus PC-9B de los cuales diez serían usados, fabricados en 1988 para E.I.S. Aircraft GmbH, que los usaba en Alemania para remolque de blancos. Esos aparatos llegaron a recibir las matrículas mexicanas del 2171 al 2180, y el resto serían de nueva construcción. Sin embargo, la compra fue cancelada en febrero de 1995 por el gobierno suizo, debido al empleo en combate de los PC-7 en Chiapas. E.I.S. Aircraft GmbH continúa operando ocho de esos aviones.

En 1997 una nueva ley federal sobre control de productos con dobles fines, entro en vigor donde no se consideraba a los aviones Pilatus como “material bélico”. Aun en el 2009, en la página electrónica de la empresa se hacía una breve referencia al embargo, al señalar que en 1995 “se aplicaron estrictas restricciones que frenaron un importante acuerdo comercial con México para la adquisición de aviones de adiestramiento”. No se menciona siquiera de pláticas con el gobierno mexicano para levantar el embargo comercial.

Para competir en el programa JPATS, que buscaba un nuevo entrenador avanzado destinado a remplazar los veteranos Cessna T-37 en servicio en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Pilatus y Beechcraft desarrollaron una versión extensamente modificada del PC-9, llamada Pilatus PC-9 Mk. II. Al ganar el concurso, la aeronave cambió su denominación a la de T-6A Texan II.  Posteriormente Pilatus en solitario desarrolló una nueva versión denominada PC-9M con una aleta dorsal agrandada para mejorar la estabilidad longitudinal, así como nuevos controles del motor y del propulsor.

Después de un largo litigio respecto a los primeros pagos para la compra de los PC-9B, estos se materializaron en dos PC-9M entregados a la FAM en el 2006, una vez que se levantaron las restricciones del gobierno suizo. Con la idea de que México probara el PC-9M y a la larga hacer un pedido de más aviones, las dos nuevas aeronaves PC-9M con las matrículas FAM 2601 y 2602, hicieron el viaje de traslado realizando varias escalas una de ellas en el aeropuerto de Glasgow Prestwick en Gran Bretaña, llevando para este viaje tanques de combustible externos y una matrícula temporal suiza. Las aeronaves tuvieron un costo unitario de 6´834,000.00 francos suizos.

Después de su llegada se procedió a realizar pruebas de tiro, por lo que se le instalaron contenedores de ametralladoras HMP calibre .50 y lanzacohetes LAU-32. En un principio las aeronaves fueron desplegadas a la Base Aérea Militar N° 5 en Zapopan, Jalisco, para iniciar el adiestramiento de pilotos, instructores y personal de mantenimiento. Para el adiestramiento se enviaron a ocho pilotos a recibir instrucción a la República de Irlanda, el personal para mantenimiento recibió los cursos correspondientes en las instalaciones de Pilatus en Suiza. Finalmente, los PC-9M fueron incorporados al Escuadrón Aéreo 202 ubicado en la Base Aérea Militar (BAM) N° 6 en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

El PC-9M de la FAM contaba con dos asientos expulsores cero-cero, que protegen al piloto en caso de un problema durante el vuelo; cuentan con una pantalla de cristal multifunción que presenta la información del vuelo de manera sencilla y en un solo dispositivo, dejando a un lado a los instrumentos análogos y mecánicos que imperan en los aviones que operaba la FAM en esa fecha. Estas aeronaves contienen mejoras como dispositivos de vuelo primarios y secundarios en la cabina de vuelo, a modo de los entrenadores más modernos de cabina digital.

Desafortunadamente, el 14 de septiembre de 2011, uno de los PC-9M matricula 2601 se accidentó por el choque de un ave en la cabina, incidente en el que sus dos tripulantes lograron eyectarse para salvar la vida. En un comunicado, se indicó que la aeronave realizaba prácticas de vuelo en la BAM número seis, cuando perdió sustentación y cayó a tierra. “El piloto y copiloto se eyectaron de la aeronave oportunamente, resultando con lesiones leves que no ponen en riesgo su vida”.

Un año antes la FAM empezaría la búsqueda de un avión que pudiera reemplazar al PC-7, para determinar el tipo de aeronave más conveniente estableció factores y características a tomarse en cuenta para su evaluación y consiguiente elección, identificado a los aviones PC-9M, Embraer Supertucano y T-6C Texan II, como los que reunían las mejores características. Después de evaluar las especificaciones técnicas, operativas y económicas de las aeronaves indicadas, se determinó que los aviones T-6C Texan II cumplían técnicamente con los requerimientos exigidos por la Fuerza Aérea Mexicana.

Después de algunos años de operación, Pilatus hacia esfuerzos para colocar más aviones PC-9M en México, pero su esfuerzo fue en vano, una nueva aeronave apareció y la FAM prefirió adquirir más de 60 aparatos del nuevo entrenador T-6C Texan II de la compañía Textron, siendo seguida por la marina mexicana que compro 13 aparatos perdiendo Pilatus dos veces una enorme venta de más de 120 aeronaves a México, que ya no quería arriesgarse a otro veto en la compra de equipo militar.

En la actualidad el único PC-9M, ya no está operativo y se encuentra en exhibición en el Museo Militar de Aviación en Santa Lucia, sirviendo por un periodo de poco más de 10 años en la FAM.

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