Redacción. – Durante la ceremonia de entrega del certificado tipo al avión Halcón 2.1 de Horizontec, Alfonso Flores vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Estudios Históricos de la Aviación Latinoamericana (SMEAL) habló respecto a las construcciones aeronáuticas mexicanas, este fue su discurso. México tiene un pasado glorioso en materia de aviación, fue el primer país en Latinoamérica en donde voló un avión el 8 de enero de 1910, convirtiéndose en el décimo país donde un avión se elevó por primera vez. 1.- Esto impulsó la aviación y la construcción de aeronaves, mentes brillantes como la de Juan Guillermo Villasana, creador de la hélice “Anáuac” o Angel de Lascuráin y Osio, materializaron sus geniales diseños que se vieron plasmados cuando el gobierno de Venustiano Carranza funda el 15 de noviembre de 1915, los Talleres Nacionales de Construcciones Aeronáuticas (TNCA) y la Escuela Militar de Aviación; la primera, pieza clave en la construcción de aviones hechos en México. Entre 1915 y 1923 se produjeron diferentes modelos de las Series A, B, C, E y H, los cuales fueron impulsados en muchos de los casos por motores de fabricación nacional “Aztatl” y hélices “Anáhuac”. El TNCA Serie “A” fue el primer avión completamente mexicano en volar el 16 de mayo de 1917, con uno de ellos se realizó el primer correo aéreo entre Pachuca, Hidalgo y la Cd. de México, y fue probado exitosamente en vuelos de gran altitud, acrobacia, filmación desde aire y vuelos nocturnos. Más tarde, en los años 20, bajo la dirección de Ángel de Lascuráin, el TNCA “Serie B”, un biplano de reconocimiento armado realizó el 20 de diciembre de 1921 un vuelo de larga distancia (Mexico-Veracruz-Tampico-San Luis Potosí y de regreso), este modelo del que se construyeron al menos 5 unidades tuvo uso militar real. De la misma forma un aparato de la Serie “E” bautizado “Coahuila” y mejor conocido como “Tololoche” por sus grandes dimensiones y estar construido enteramente en madera, realizó un vuelo de la capital del país a la fronteriza Ciudad Juarez, Chihuahua, sin escalas el 2 de septiembre de 1927, al mando de la aeronave estaba el célebre piloto militar Cap. 1º. Emilio Carranza Rodriguez. Otro modelo destacado fue el TNCA Serie H, modelo con ala en parasol, un monoplano de ala alta del que se fabricaron al menos 12 unidades y que incorporó motores y hélice nacional, por fortuna uno de estos se conserva en el Museo Militar de Aviación (MUMA). 2.- En este lapso hay otros proyectos, en Tijuana Baja, California, por iniciativa del general Abelardo L. Rodríguez, se crea una fábrica de aviones donde se desarrollan los modelos BC-1, 2 y 3, de estos, en el BC-2 el entonces coronel Roberto Fierro Villalobos, llevó a cabo un vuelo sin escalas entre la Ciudad de México y La Habana, Cuba, el 11 de agosto de 1928, demostrando que los aviones hechos en México eran seguros y confiables. Su viaje lo continuó visitando todos los países de Centroamérica. 3.- Aviones Azcárate (décadas de 1930–1950). El general Juan Francisco Azcárate quien también dirigió los TNCA desde finales de los años 20 diseñó diferentes modelos, entre estos los sesquiplanos Azcárate O‑E‑1 en 1928, uno de los cuales realizó un vuelo de circunvalación a la República Mexicana. En 1930 fundó la fábrica Azcárate, donde bajo licencia se construyeron los Vought “Corsair” O2U o “Corsario‑Azcárate” para la Fuerza Aérea Mexicana. Con otra producción bajo licencia, el general Azcárate funda la empresa Lockheed‑Azcárate S.A. (LASA) en la ciudad de San Luis Potosí, donde se fabricó el avión civil ligero LASA‑60, un Aero guayín de ala alta para 5 ocupantes, al menos 18 unidades se produjeron entre 1960 y 1961, la mayor parte se entregaron a la Fuerza Aérea Mexicana, pero otros fueron vendidos a particulares y a dos empresas regionales. 4.- Otros proyectos aislados fueron, el avión “Teziutlán” creado por el ingeniero Antonio Sea, quien desarrolló con éxito un aparato biplaza de ala baja del que se construyeron 5 unidades y que se usaron para entrenamiento y patrullaje por la Fuerza Aérea Mexicana durante la 2ª. Guerra Mundial, a causa del conflicto México recibió aeronaves extranjeras por lo que la producción cesó. Los bimotores fueron la más grande creación del ingeniero Lascuráin, el Salinas IV, sus modelos “Sport” y “Celia” contaban con alas que unidas de forma circular e integral al fuselaje proporcionaban mayor levantamiento y sustentación, ofreciendo ventajas sobre los aviones extranjeros: su mayor trabajo fue el “Aura” un bimotor capaz de transportar 12 pasajeros y dos tripulantes, el aparato se construyó entre 1955 y 1957, fue probado con éxito, pero lamentablemente el proyecto se vio truncado con el fallecimiento de su creador. 5.- Aviones agrícolas y utilitarios (década de los 70 y 80´s) En la segunda mitad del siglo XX, se fabricaron aviones fumigadores y utilitarios, de estos destacan el “Tauro 300” de la fábrica Anáhuac; los Bárcenas B‑01 y B-02 desarrollados y construidos por el ingeniero David Bárcenas en su compañía Aero Servicios Bárcenas, donde se fabricaron 10 aparatos a partir de 1973 cuando obtuvieron aprobación de la DGAC, los cuales prestaron servicio por varios años; también destacan los AAMSA “Quail”, construidos por la empresa Aeronáutica Agrícola Mexicana SA, ubicada en Pastejé, México, ahí se produjeron 40 aviones del modelo Quail A9B, un modelo hecho bajo licencia de la Commander Aircraft. En colaboración entre el IPN y la Secretaría de Marina, se construyó a partir de 1984 el avión utilitario “Tonatiuh” fabricado para patrullar, dar adiestramiento y servir de enlace, del modelo se fabricaron 7 unidades. De la misma forma el IPN y ASA llevaron a cabo una colaboración y construyeron tres unidades del avión agrícola “Chac”, proyecto desarrollado en la década de 1980. Luego de algunos aislados proyectos, Aeromarmi, empresa que a inicios de este siglo comenzó con un proyecto para la construcción de un modelo hecho a base de materiales compuestos, desarrolló y fabricó un avión biplaza que se denominó “Stella M-1” este contó con el apoyo del CONACYT y el IPN,
READ MOREPor: José A. Quevedo C La invención del avión trajo consigo, la necesidad de una serie de espacios indispensables para su correcto funcionamiento, que era un espacio plano y amplio para el despegue y aterrizaje ,en el cual se construyeron pistas y en las plataformas cercanas hangares, en los cuales se da mantenimiento a los aviones, incluyendo espacios para estacionamiento, torre de control, y un edificio terminal para recibir y despedir a los pasajeros, así como concentrar a los trabajadores de esta nueva actividad, siendo estos los principales componentes de un aeropuerto o puerto aéreo como se le llamó en sus inicios. Los aeropuertos pueden ser civiles o de carga; los dedicados a aeronaves militares son llamados bases aéreas. En México existen 18 bases aéreas militares, de las cuales una de las más importantes es la de Santa Lucía, situada al sur de la localidad de San Lucas Xolox en el municipio de Tecámac en el estado de México. Los terrenos donde se asentaba esta base pertenecieron a los frailes jesuitas, quienes formaron ahí la gran y extensa hacienda de Santa Lucía de 1576 a 1767, una de las fincas más prósperas y antiguas del valle de México. Posteriormente pasó a manos de particulares, cuando la adquirió el Conde de Regla, don Pedro Romero de Terreros, cuya descendencia la poseyó hasta 1811. La Fuerza Aérea Mexicana conserva hasta hoy su casco y capilla (1580 – 1596) como un museo de sitio. El 24 de noviembre de 1952 y como consecuencia del deterioro y lento abandono del campo aéreo militar de Balbuena (1915), se inauguró sobre los campos de la ex hacienda jesuita la Base Aérea Militar No. 1 “P. A. Alfredo Lezama Álvarez”. El presidente Miguel Alemán llegó en el avión presidencial “El Mexicano” aterrizando en una de las pistas; después de pasar revista a varios escuadrones y cadetes de la infantería, se dirigió al edificio central para develar la placa correspondiente. El comandante de la Fuerza Aérea Mexicana, general Antonio Cárdenas Rodríguez, agradeció al presidente toda la ayuda ofrecida durante su sexenio en especial “…esta magnífica base aérea que por la magnitud y eficiencia de sus instalaciones será la primera de nuestro país y tal vez de la América Latina…” Durante el evento, varios paracaidistas saltaron de aviones militares formando el nombre del presidente con las letras impresas en los paracaídas. El proyecto general de esta base contemplaba tres pistas de gran dimensión, una zona residencial destinada a pilotos y mecánicos; grandes hangares con estructura de acero importada de Estados Unidos; una serie de oficinas de operaciones al interior del edificio administrativo; secciones de talleres de 24 naves; torre de control con servicio de transmisiones por radio y eventos meteorológicos. De todo esto se llevaba un avance del 60 por ciento. Las escuelas dedicadas a mecánicos, meteorólogos, paracaidistas y miembros del Estado Mayor se concentrarían en la base aérea de Santa Lucía. A lo largo de sus 67 años de existencia, la Base Aérea Militar de Santa Lucía desarrollo importantes labores como establecer puentes aéreos que facilitan el traslado de víveres a aquellas zonas afectadas por fenómenos meteorológicos en beneficio de las poblaciones afectadas; facilitar actividades como el adiestramiento de vuelo, salto de paracaidistas y simuladores de vuelo. Por otra parte, fue testigo de la llegada a México de los primeros aviones a reacción (1960), los famosos Vampiro FMK-3 fabricados en Inglaterra; la creación del Centro Internacional de Aviación Civil inaugurado en 1982, mismo año en el cual arribaron los aviones supersónicos interceptores Northrop F-5E/F Tigre II, equipamiento nuevo de reciente construcción equipado con lo último en tecnología aeronáutica. En marzo de 1988 el equipo acrobático de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos “Los Thunderbirds” equipado con aviones F-16 Fighting Falcon ofreció una gran demostración en esta base militar, que fue abierta al público por primera vez, seguida de un espectáculo aéreo realizado por el Día de la Fuerza Aérea Mexicana el 10 de febrero de 1993. El éxito obtenido en este par de eventos motivó la celebración anual –a partir de 2011- de espectáculos aéreos públicos, y la Feria Aeroespacial México (FAMEX), donde el público tiene la oportunidad de admirar tanto los diversos transportes aéreos como las acrobacias de sus pilotos. La Base Aérea Militar No. 1 “P. A. Alfredo Lezama Álvarez”, que honra la memoria del primer piloto mexicano en lanzarse en paracaídas el 1 de mayo de 1928, es la más importante del país y alojaba las comandancias de las Alas de Combate y de Reconocimiento y Transportes; nueve escuadrones de vuelo integradas por más de 150 aeronaves; el complejo logístico de la Fuerza Aérea Mexicana y su Escuela Militar de Tropas Especialistas. Su pista principal contaba con 3.45 km de largo por 78 metros de ancho, capaz de recibir aviones de gran peso y dimensiones como el Galaxy C-5, Antonov An-124, Boeing 737-800 y el Hércules C-130 entre otros. Además de contar con diversos hangares y plataformas, donde operaba la Estación Meteorológica Militar No. 1. A partir del 2021 la base fue reubicada al sureste de esta con nuevas instalaciones, pero esa es otra historia.
READ MORERedacción. – Este miércoles, en conferencia de prensa, se anunció la realización del Air Show Acapulco 2025, los días 21, 22 y 23 de noviembre. Este evento se llevará a cabo con la participación de 23 aeronaves de alto nivel, con pilotos nacionales e internacionales, los cuales ofrecerán una experiencia espectacular en el cielo de la bahía de Acapulco. Gracias a eso se espera una ocupación hotelera de más del 74 por ciento y una derrama económica superior a los 400 millones de pesos. Por su parte, el representante del Comité Organizador, Jesús Núñez González, señalo que el Acapulco Air Show 2025 es más que un espectáculo. Es una experiencia que conecta a la sociedad con la aviación, inspira sueños y muestra al mundo el potencial de México para volar cada vez más alto. A continuación, explicó que para esta edición se contará con pilotos de talla internacional, Canadá, Estados Unidos, Australia, Polonia, El Salvador y Guatemala con 10 aviones acrobáticos, cuatro jets de combate, un Warbird de la Segunda Guerra Mundial, además de un avión CASA 212 y un avión de paracaidismo Cessna 182. Por su parte la Fuerza Aérea Mexicana estará presente con la Escuadrilla “Águilas Aztecas” con 5 aviones T-6C Texan II más uno de reserva y dos en exhibición estática, un avión Airbus Military C295 apoyará la exhibición del Equipo de paracaidismo “Guerreros Águila” de la Brigada de Fusileros Paracaidistas de la secretaria de la Defensa Nacional y finalmente un helicóptero MI-17 realizará una demostración de infiltración de Fuerzas Especiales. Desde el pasado martes 19 de agosto, los habitantes y visitantes del puerto han sido testigos de los vuelos de práctica, como el del Jet Aero L-39 Albatros que llevaba un esquema en color rojo que surcó el cielo al atardecer, sorprendiendo a quienes se encontraban en la zona turística y en la avenida Costera Miguel Alemán. Estos vuelos también están siendo aprovechados para grabar material promocional que será parte de los spots oficiales del evento. Hace dos años este evento se tuvo que posponer debido a los daños causador por el huracán Otis, que azotó Acapulco el 25 de octubre de 2023, su regreso en 2025 representa una oportunidad para revitalizar la economía local.
READ MOREPor José A. Quevedo El T-33 Shooting Star fue un avión de entrenamiento a reacción que la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) utilizó durante 45 años. Fue un avión clave en la capacitación de pilotos y tuvo un papel importante en el desarrollo de la aviación militar mexicana. En 1998, con la reestructura de la FAM los T-33 fueron reubicados en un nuevo escuadrón. El Escuadrón Aéreo 402 (E.A. 402) fue creado para operar en la Base Aérea Militar N° 2 “Gral. Antonio Cárdenas Rodríguez” (BAM N° 2) en Ixtepec en el estado de Oaxaca el día 1° de enero de 1998, creándose también con esa fecha e instalaciones el 3er Escalón de mantenimiento de material aéreo y el Depósito de abastecimientos técnicos de la Fuerza Aérea. Para el 17 de enero de 1998, se ordena que 24 aeronaves que fueron dadas de baja de sus respectivos Escuadrones Jet de Pelea pasaran a formar parte del E.A. 402. El principal problema que presentaban los T-33 era su antigüedad, misma que los condenaba a la obsolescencia, evidenciada desde el momento en que su costo de operación, aunado al mantenimiento que a corto y mediano plazo resulto más caro, más lento y difícil de realizar con menos beneficios en el aspecto operativo. En aviación es conocido que las aeronaves con una antigüedad de más de 40 años ya no cuentan con una línea de producción de partes y componentes para proporcionarle un eficaz y oportuno mantenimiento por lo tanto se carece en el mercado del soporte logístico adecuado provocando en la mayoría de las ocasiones la necesidad de fabricarlas en su defecto obtenerla sin condición de reparadas en ambos casos a un alto costo por lo que el mantenimiento se incrementa repercutiendo en el presupuesto asignado para el mantenimiento de las aeronaves incrementándose la fatiga en el material en virtud de que no es posible reemplazo por partes nuevas obligando al aprovechamiento y mantenimiento correctivo constante de los mismos componentes. De acuerdo con informes de la fuerza aérea se señalaba que a pesar del minucioso mantenimiento se constató que la condición física de las aeronaves reflejaba discrepancias en casi todos los sistemas debido al desgaste y fatigas propias del material de vuelo, discrepancias que no se podían corregir de manera integral demandando de manera permanente un mantenimiento preventivo y correctivo para mantenerlas dentro de lo posible operativas y disponibles lo que no evitaba que se presenten fallas imprevistas y de manera recurrente en sus componentes dejándolas constantemente fuera de servicio. Para su mantenimiento preventivo se requería de una mayor inversión y tiempos prolongados de entrega de refacciones en virtud de ser antiguas y fuera de producción, dado lo anterior quedó descartada para la modernización del T- 33 ya que de seguir operando aún con modificaciones y mejoras, la seguridad de las operaciones aéreas se verían comprometidas en virtud de que este material de vuelo por los años de servicio prestados presentaban una gran fatiga en su estructura, es así que los T-33 del Escuadrón Aéreo 402 fueron retirados del servicio en julio del 2007, terminando su carrera primero volando en los cielos del valle del Anáhuac y después en los del Istmo de Tehuantepec.
READ MOREPor José A. Quevedo La Base Aérea Militar N° 1 una vez más, se convertirá en sede de la innovación, tecnología y desarrollo de la industria aeroespacial de México, señalo el General Disraeli Gómez Herrera, director de la Feria Aeroespacial México (FAMEX) 2025, durante el evento de presentación de las actividades del evento que se llevó a cabo en el hangar del Escuadrón Aéreo 101, ubicado en la citada Base Aérea Militar. Desde la primera edición de la FAMEX, realizada en el 2015, esta ha tenido entre sus objetivos el de establecer en México una feria internacional sustentable, con prestigio y liderazgo, que genere atracción de inversión extranjera directa, empleos en la comunidad aeronáutica nacional y promover a la industria aeroespacial del país. Es así que se busca impulsar el desarrollo económico de México, al generar empleo, consolidando a la FAMEX como una plataforma para que empresas de cualquier tamaño, nacionales o extranjeras, instituciones académicas y oficinas de gobierno colaboren generando oportunidades de negocio e inversión a través de la generación de contactos con líderes del sector, y al mismo tiempo generar interés en las próximas generaciones de ingenieros, científicos, pilotos y empresarios. Una parte importante de la misma son los invitados de honor que para la edición serán: Brasil, quien expondrá su gran industria aeroespacial, a través uno de los aviones más representativos, el C-390 “Millenium”, que era expuesto tanto en tierra como en vuelo por la empresa Embraer. Por su parte Querétaro, será el estado invitado de Honor, que se ha consolidado como punta de lanza de la industria aeroespacial mexicana, pues es sede de varias empresas que construyen componentes aeroespaciales para aviones de todo el mundo. Este año 2025, es importante porque se celebrarán el 110 aniversario de la Fuerza Aérea Mexicana y el 80 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. FAMEX 2025 contará con cinco temas centrales: Sostenibilidad de la aviación Inteligencia artificial y automatización Cooperación internacional Desarrollo de cadenas de suministro Espacio y sistemas no tripulados Para finalizar el presidente de la FAMEX destaco algunas de las actividades de la Feria aeroespacial como son: De 07:00 a 09:00, Vuelos de Globos Aerostáticos. De 09:00 a 15:00, Seminarios de inversión extranjera, Sexto ciclo de conferencias técnicas, Simposio de Seguridad organizado por GE Aerospace, Seminario de la industria espacial y migración extranjera, Foro de educación aeroespacial, entre otros De 13:00 a 17:00 exhibiciones aéreas con diversas aeronaves militares y civiles Para e sábado 26 de abril, se llevará a cabo un espectáculo aéreo, contando con la participación de 69 aeronaves; destacando la participación de tres aeronaves de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) como el F-35 de quinta generación, el KC-135 y un C-130J Super Hércules, el KC-390 “Millennium” brasileño, el Airbus A400M del Ejército del Aire de España, junto a 26 aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana, como los helicópteros UH-60 Blackhawk, H225M Cougar, un avión de transporte Airbus Military C295, 19 aviones tácticos T-6C Texan II y tres Northrop F-5F Tiger II, además de los equipos de paracaidistas de los Estados Unidos y por primera vez al equipo del ejército mexicano “Guerreros Águilas” de la Brigada de Fusileros Paracaidistas (BFP) La Feria Aeroespacial Mexicana tiene confirmadas a 337 empresas expositoras, más de 150 organizaciones, 48 países, 38 embajadas, 5 comandantes de fuerzas aéreas y más de 10 representantes de otras fuerzas armadas que se darán cita del 23 al 26 de abril de este 2025.
READ MOREUn Su-27UB Flanker C de la Fuerza Aérea Ucraniana, fue adquirido por el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y está ahora en exhibición en la Galería de la Guerra Fría del museo de la USAF ubicado en la Base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson. Originalmente en servicio con el 831.º GvIAP de la Fuerza Aérea Ucraniana en Mirgorod como «61 Blue» (c/n 96310408027, f/n 05-02, construido el 30 de marzo de 1988), en 2009 fue adquirido, junto con el «66 Blue», desmilitarizado y transportado a Estados Unidos en un An-124 para su entrega a Pride Aircraft en Rockford, Illinois. Una vez en EE. UU., los Su-27 recibieron las matrículas civiles N132SU y N131SU, respectivamente. Después de que esta empresa importó el Flanker en agosto de 2009 , lo registró a nombre de una empresa con sede en Delaware que “ofrece años de experiencia en la intermediación y adquisición de hardware militar especializado, incluidos aviones”. La FAA emitió un certificado de aeronavegabilidad a la empresa en diciembre de 2009, y un segundo COA para el Su-27 se emitió en 2010 a Tactical Air Support, una empresa que proporciona servicios aéreos adversarios por contrato a las fuerzas militares estadounidenses. Los aviones, con base en el aeropuerto de Rockford, Illinois, fueron operados durante algunos años por Tactical Air Support conservando su camuflaje ucraniano, reemplazando solamente la insignia ucraniana en la cola con el logotipo de la compañía y el código táctico “61 Blue” por un nuevo “32 Blue”. Los aviones se vendieron de nuevo posteriormente y continuaron operando desde Rockford, esta vez sin participar en trabajos de contratistas, hasta que sus certificados de aeronavegabilidad expiraron en 2013. Ambos Flanker fueron dados de baja del registro estadounidense en 2018. No está claro para qué se utilizaron hasta que el Museo Nacional de la Fuerza Aérea de EE. UU. logró adquirir el «32 Blue». Se cree que TacAir ha seguido operando el SU-27 para servicios de entrenamiento agresor o que los Flanker fueron transferidos a la Fuerza Aérea de EE. UU. para realizar actividades similares como parte de un programa de explotación de material extranjero. El Su-27UB llegó al Museo en 2023. El caza interceptor todoterreno Su-27, de diseño soviético, fue creado para contrarrestar al McDonnell Douglas F-15 Eagle estadounidense. Esta versión biplaza de entrenamiento, designada Su-27UB, entró en servicio en la URSS en 1986 y aún vuela con las fuerzas rusas y de otras naciones. Su nombre en la OTAN es Flanker-C. La misión principal del avión es el entrenamiento avanzado de pilotos, pero cuenta con toda la capacidad de combate de otros Su-27. El instructor se sienta en la cabina trasera y el avión tiene controles duales, pero un solo piloto puede volarlo desde el asiento delantero. Los Su-27 han sido bancos de pruebas versátiles que han dado lugar a aviones de combate más avanzados, como los Su-30SM y Su-35S rusos, utilizados en la guerra entre Rusia y Ucrania. Imagenes USAF Museum
READ MORE