Redacción. – La presidenta de México confirmó en su conferencia matutina que las aerolíneas mexicanas cedieron parte de sus slots —los horarios de aterrizaje y despegue— a compañías estadounidenses en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) los cuales habían sido suprimidos en 2022, como parte de un acuerdo para restablecer la competitividad bilateral luego de la cancelación de rutas, ordenada por el Departamento de Transporte de los Estados Unidos.
El Departamento de Transporte revocó la autorización de 13 vuelos operados por empresas mexicanas desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y otros que estaban por iniciar. Esto último en respuesta a lo que calificó como la cancelación ilegal de vuelos de líneas aéreas estadounidenses.
El asunto no es menor, el mercado de aviación estadounidense absorbe alrededor del 70% de los turistas internacionales que viajan hacia o desde México. En vísperas de la temporada vacacional de diciembre y la próxima celebración del Mundial en México, la medida encendió las alarmas de las aerolíneas del país y de los aeropuertos del centro del país.

Ante este escenario, se informó que, hace semanas, se pactó una redistribución de slots que implicó que aerolíneas nacionales cedieran espacios operativos a sus contrapartes de Estados Unidos. Este fue un acuerdo interno entre las compañías mexicanas y que será el propio AICM quien detalle cuántos espacios se reasignaron y en qué horarios. Aunque no se ampliará la capacidad general del aeropuerto —que actualmente opera 44 slots por hora—, sí habrá un reacomodo del uso de los existentes.
De acuerdo con la información difundida por las autoridades estadounidenses, el DOT sostuvo que el gobierno mexicano se comprometió a regresar la totalidad de los slots confiscados a aerolíneas norteamericanas. La presidenta también reveló que ha sostenido reuniones con aerolíneas cargueras estadounidenses para revisar problemas operativos en el área de aduanas del AIFA, situación que, según dijo, ya se encuentra en evaluación.
La posición de Washington puso al gobierno federal mexicano en la disyuntiva de mantener la estrategia aérea impulsada por el anterior presidente, pese a los costes económicos para las aerolíneas y las terminales aéreas, o ceder frente a la presión de EE UU., ya que el AIFA, a tres años de su inauguración opera apenas a la tercera parte de su capacidad, con una atención de 6,3 millones de pasajeros por año.

La disputa escaló en las últimas semanas debido a la revocación de 13 rutas mexicanas; es decir, tanto en operación como en proceso de autorización, por la imposibilidad de abrir nuevas rutas desde el AIFA hacia Estados Unidos y por un proceso de revisión para prohibir los vuelos de carga en aeronaves mexicanas que viajan hacia la Unión Americana.
Con esta presión bilateral, el ajuste de slots se convirtió en una medida para evitar mayores sanciones y mantener abiertas las negociaciones.
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