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- Ciencia, Tecnología e Innovacion, Helicópteros, Historia Aeronautica
- marzo 9, 2017
Informes recientes señalan que podría existir un acuerdo entre Irán y Rusia para la fabricación de aviones de combate Su-35 en territorio iraní. Si el acuerdo prospera Irán podrá producir entre 48 y 72 aviones avanzados, marcando un avance significativo en su capacidad aérea. Hay varias razones posibles que explican el retraso en la entrega de aviones de combate Su-35 a Irán por parte de Rusia, a pesar de los informes sobre un acuerdo finalizado que involucra aviones originalmente destinados a Egipto. En primer lugar, podrían estar en juego desafíos logísticos y geopolíticos. Rusia ha estado muy involucrada en la invasión a Ucrania, lo que ha puesto a prueba sus recursos militares y capacidades de fabricación. Esto podría limitar la disponibilidad de piezas de repuesto o la capacidad de transferir equipos avanzados como los aviones Su-35 a compradores extranjeros como Irán. Apenas en septiembre de 2023, Irán adquirió aviones de entrenamiento de combate Yak-130 de Rusia, el primer suministro de nuevos aviones de combate que recibe desde la década de 1990. Funcionarios iraníes han insinuado que la llegada de los Su-35 es inminente, y algunos miembros de la Fuerza Aérea iraní han iniciado su entrenamiento en este avión desde 2022. Imágenes de una nueva base aérea fortificada, denominada Eagle 44, tomadas en febrero de 2023, sugiere que esta instalación está preparada para albergar los cazas en el momento de su entrega. Este avance en la infraestructura militar resalta la importancia de la modernización de las capacidades aéreas de Irán. La compra del Su-35 por parte de Irán implica más que simplemente adquirir armamento avanzado; también podría consolidar una alianza más profunda con Rusia. Irán ha emergido como un proveedor importante de drones para Rusia, lo que resulta valioso para continuar la Invasion en Ucrania. El Su-35 ha demostrado ser efectivo en el teatro de guerra en Ucrania, donde ha desempeñado un papel esencial en el combate aire-aire. En los primeros días de la guerra, se reportó que un Su-35 derribó varios aviones ucranianos, lo que evidencia su capacidad de combate superior en comparación con otras aeronaves. Pero hoy en día, la entrega de los Su-35 aún está en suspenso. Algunos analistas creen que el interés de Teherán de producirlos bajo licencia podría ser un factor que explique el atraso. Un acuerdo de esta naturaleza permitiría a Irán reducir su dependencia del soporte ruso y mitigar los problemas logísticos asociados. La posibilidad de llevar a cabo la producción bajo licencia del Su-35 en Irán enfrenta importantes retos económicos y técnicos. Aunque un acuerdo de este tipo podría brindar a Teherán mayor control sobre el mantenimiento y la producción, los altos costos y las complicaciones técnicas necesarias para establecer una línea de producción nacional podrían ser obstáculos significativos. Además, la falta de experiencia previa en la producción de aeronaves avanzadas puede complicar aún más el proceso. La implementación exitosa de una línea de producción requeriría una inversión considerable y un soporte técnico robusto, lo que podría no ser factible en el corto plazo. Las perspectivas de que Irán produzca el Su-35 en su territorio son inciertas, dadas las múltiples variables que afectan esta situación. La combinación de desafíos logísticos, técnicos y económicos hará que el futuro de este acuerdo sea complejo y difícil de prever. A diferencia de Rusia, donde los modelos Su-35 y Su-30 se producen en instalaciones distintas, Irán tendría que desarrollar nuevas instalaciones de producción o adaptar su infraestructura existente. Este esfuerzo podría eliminar la ventaja de obtener un mejor costo por el avión. La experiencia de India con el avión Su-30 revela que los costos de producción bajo licencia son prácticamente el doble de los costos de importación, incluso con un alto volumen de producción. En este sentido, Irán produciría una cantidad mucho más reducida, entre 48 y 72 aviones, lo que podría duplicar el precio unitario en comparación con importaciones directas. Estos factores generan serias dudas sobre la viabilidad financiera de un acuerdo de producción de tiradas limitadas para el sector de defensa de Irán a largo plazo. Otro problema significativo es la presión logística de producir tanto el Su-35 como el Su-30, lo que podría complicar aún más la iniciativa. Irán ha llevado a cabo el mantenimiento localizado de sus aviones de combate, incluidos los F-4, F-5 y F-14 de fabricación estadounidense, así como modelos de la era soviética como el Su-22, el Su-24 y el MiG-29. Los avances recientes en impresión 3D podrían facilitar la producción de componentes clave, reduciendo costos y aumentando la autosuficiencia de Teherán. En el futuro, Irán se enfrentará a diversas consideraciones estratégicas. Aunque el Su-35 ha demostrado ser eficaz en combate, su aviónica está cada vez más desactualizada en comparación con aeronaves más modernas como el Su-57 ruso o los últimos modelos de Estados Unidos y China. De continuar los retrasos, Irán podría encontrarse con un caza envejecido al momento de recibirlo. Este escenario probablemente disminuiría el entusiasmo de Teherán por un proceso prolongado que no se alinea con sus necesidades de defensa actuales. Los posibles retrasos en la producción podrían llevar a una desventaja significativa para Irán, especialmente en un entorno donde la superioridad aérea es crucial. A medida que otros países continúan modernizando sus flotas, el tiempo se convierte en un factor crítico para la eficacia de su nueva adquisición.
READ MOREDurante años, Israel e Irán han estado enfrentados indirectamente, a través del llamado “eje de la resistencia”, conformado por los aliados de Irán en Medio Oriente: el gobierno de Siria, el grupo palestino Hamás, la milicia libanesa Hezbolá, los hutíes en Yemen, así como grupos armados chiitas en Irak. Las tensiones llegaron a un punto culminante con el lanzamiento de decenas de misiles por parte de Teherán sobre ciudades israelíes, lo que generó temores de una gran escalada en Medio Oriente. Este conflicto escalo desde el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo terrorista Hamás lanzó un ataque sorpresivo y sangriento sobre Israel que inició la guerra en Gaza, donde han muerto más de 40,000 personas. El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) compara la potencia de fuego de los ejércitos de ambos países utilizando una variedad de métodos oficiales y de código abierto para producir las mejores estimaciones posibles, señalando que Israel gasta más en su presupuesto de defensa que Irán, lo que le proporciona una fuerza significativa en cualquier potencial conflicto, donde el presupuesto de defensa de Irán fue de alrededor de US$7.400 millones en 2022 y 2023, mientras que el de Israel fue más del doble, alrededor de US$19.000 millones. El gasto de defensa de Israel en comparación con su Producto Interno Bruto (una medida de su producción económica) también es el doble del de Irán. Las cifras del Instituto muestran que Israel tiene unos 600 aviones de combate, lo que le da una ventaja en ataques aéreos de precisión. Entre estos se encuentran aviones F-15 con alcance de ataque de larga distancia y gran potencia de fuego, los F-16 y los aviones de quinta generación F-35 (aviones “furtivos” de alta tecnología que pueden evadir el radar) en su flota se pueden para ataque los helicópteros Apache apoyados tras líneas con los Sikorsky Black Hawk y CH-53 Super Stallion. Las Fuerzas de Defensa de Israel vuelan el mayor contingente del F-16 fuera de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, con más de 300 aviones en su arsenal. Apodado Sufa, o tormenta eléctrica en hebreo, la variante biplaza del F-16 -el F-16I Sufa– se diseñó específicamente para satisfacer los requisitos de la Fuerza Aérea de Israel. Israel incorporó sus primeros F-35 en 2016 como respuesta al desafío iraní y con el objetivo de mantener la superioridad militar en la zona. Actualmente, el F-35 está siendo clave en las operaciones militares aéreas que las Fuerzas de Defensa Israelíes están llevando a cabo sobre Gaza Por el otro lado se estima que Irán tiene alrededor de 500 aviones con capacidad de combate, aunque estos son de tecnología anterior e incluyen F-4, F-5 y una docena de viejos F-14, complementados con algunos aviones Mig 29 más modernos, aunque las defensas aéreas S-300 adquiridas a Rusia y los cazas MiG-29 y F-14 de Irán, si bien no son una herramienta formidable contra el poder aéreo israelí, dificultan cualquier ataque. Irán no ha ocultado su orgullo de haber alcanzado la autosuficiencia en abastecer de repuestos y partes a sus F-14. Recientemente algunos de esos aviones fueron sometidos a cambios de cableado y sistemas de control de fuego y un nuevo radar. Anteriormente se dotaron de electrónica más moderna, además de nuevos misiles, pero se duda mucho en occidente de las reales capacidades de esos aparatos. La Fuerza Aérea de la República Islámica de Irán (IRIAF) es a la fecha el único operador del Grumman F-14 Tomcat, el mítico avión insignia de la flota naval de los Estados Unidos el siglo pasado. Irán ha fortalecido considerablemente su poder aéreo con la incorporación de escuadrones de MiG-29 y una flota de Su-24M. La mera presencia de los MiG-29 obliga a los adversarios de Irán a destinar recursos al combate aire-aire, lo que potencialmente podría reducir la efectividad de los bombardeos enemigos. Es interesante notar que la envejecida flota israelí de F-15, basada en tecnología de la Guerra Fría, también enfrenta limitaciones similares a las de los MiG-29 iraníes, creando así un entorno táctico particular.
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