• ¡Confirmado! 3i/ATLAS no es una nave alienígena… ¡es un Cometa!

    ¡Confirmado! 3i/ATLAS no es una nave alienígena… ¡es un Cometa!0

    Redacción. – Un equipo de astrónomos ha obtenido la imagen más nítida jamás obtenida del inesperado cometa interestelar 3I/ATLAS gracias a la nítida visión del Telescopio Espacial Hubble de la NASA. El Hubble es una de las numerosas misiones de la flota de telescopios espaciales de la NASA destinadas a observar este cometa, proporcionando en conjunto más información sobre su tamaño y propiedades físicas. Si bien el cometa no representa una amenaza para la Tierra, los telescopios espaciales de la NASA contribuyen a la misión continua de la agencia de encontrar, rastrear y comprender mejor los objetos cercanos a la Tierra. Las observaciones del Hubble permiten a los astrónomos estimar con mayor precisión el tamaño del núcleo sólido y helado del cometa. El límite superior del diámetro del núcleo es de 3,5 millas (5,6 kilómetros), aunque podría ser tan pequeño como 1.000 pies (320 metros) de ancho, informan los investigadores. Aunque las imágenes del Hubble imponen restricciones más estrictas al tamaño del núcleo en comparación con las estimaciones terrestres anteriores, el corazón sólido del cometa actualmente no se puede ver directamente, ni siquiera por el Hubble. Las observaciones de otras misiones de la NASA, incluido el telescopio espacial James Webb, TESS (satélite de sondeo de exoplanetas en tránsito) y el observatorio Swift de Neil Gehrels, así como la asociación de la NASA con el observatorio WM Keck, ayudarán a refinar aún más nuestro conocimiento sobre el cometa, incluida su composición química. El Hubble también capturó una columna de polvo expulsada por la cara calentada por el Sol del cometa, así como el indicio de una cola de polvo que se desprende del núcleo. Los datos del Hubble arrojan una tasa de pérdida de polvo consistente con la de los cometas que se detectan por primera vez a unos 480 millones de kilómetros del Sol. Este comportamiento es muy similar a la firma de los cometas que se dirigen al Sol y se originan en nuestro sistema solar, observados previamente. La gran diferencia es que este visitante interestelar se originó en algún otro sistema solar en otra parte de nuestra galaxia, la Vía Láctea. El 3I/ATLAS viaja a través de nuestro sistema solar a la asombrosa velocidad de 209 000 kilómetros por hora (130 000 millas por hora), la mayor velocidad jamás registrada para un visitante del sistema solar. Esta impresionante carrera evidencia que el cometa ha estado a la deriva por el espacio interestelar durante miles de millones de años. El efecto de catapulta gravitacional de las innumerables estrellas y nebulosas que pasó le añadió impulso, incrementando su velocidad. Cuanto más tiempo estuvo el 3I/ATLAS en el espacio, mayor fue su velocidad. “Nadie sabe de dónde vino el cometa. Es como vislumbrar una bala de fusil durante una milésima de segundo. No se puede proyectar esa información con precisión para determinar dónde comenzó su trayectoria”, dijo David Jewitt, de la Universidad de California en Los Ángeles, líder del equipo científico de las observaciones del Hubble. “Este último turista interestelar forma parte de una población de objetos previamente no detectados que irrumpen en escena y que emergerán gradualmente”, dijo Jewitt. “Esto ahora es posible gracias a nuestras potentes capacidades de estudio del cielo, que antes no teníamos. Hemos superado un umbral”. Este cometa fue descubierto por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS), financiado por la NASA, el 1 de julio de 2025, a una distancia de 420 millones de millas del Sol. ATLAS es un sistema de alerta temprana de impacto de asteroides desarrollado por la Universidad de Hawái. Mientras tanto, otras misiones de la NASA aportarán nuevos conocimientos sobre este tercer intruso interestelar, lo que ayudará a refinar nuestra comprensión de estos objetos para beneficio de todos. 3I/ATLAS debería permanecer visible con telescopios terrestres hasta septiembre, tras lo cual pasará demasiado cerca del Sol para ser observado, y se espera que reaparezca en el otro lado del Sol a principios de diciembre. Con información e imágenes de NASA

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