En enero de 1980, Northrop Aircraft aprobó un proyecto para desarrollar un nuevo caza ligero de ataque, que tendría un rendimiento igual o superior al de cualquier avión de combate de primera línea en cualquier parte del mundo, de acuerdo una especificación emitida por el gobierno de los Estados Unidos para un nuevo caza de exportación conocido en un principio como FX. Fiel a su tradición, para su desarrollo se tomo como base, un avión ya existente, en este caso el F-5E, que en la década de los setenta había sido el avión ganador de la competencia para construir el Caza Internacional Avanzado, siendo comercializado dentro del Programa de Asistencia Militar (Military Assistance Program MAP) y vendido con ventajas comerciales bajo el Programa de Ventas Militares al Extranjero (Foreign Military Sales FMS). F-5G fue la designación dada por Northrop a esta nueva versión del ya legendario F-5 que se enfocaría al mercado de exportación, principalmente por su bajo costo. Northrop recibió la aprobación para el desarrollo del F-5G del Departamento de Estado, con la reserva por parte del gobierno de no comprarlo si no resultaba adecuado a sus necesidades, aclarando que no habría ninguna ayuda financiera del gobierno para un avión como el F-5G. La empresa sin embargo decidió continuar con el programa, asumiendo como en el pasado, que el éxito del F-5E aseguraría un mercado lucrativo para esta nueva versión, absorbiendo esta el costo de la pre-producción del avión. En el diseño del F-5G, el par de turbinas J-85 del F-5E fueron reemplazadas por un turboreactor General Eléctric F-404, ofreciendo un empuje de postcombustión de 16,000 libras. El F-404 ha sido diseñado como el sucesor del motor J-79. Este tenía el mismo empuje que el J-79, pero ponderado aproximadamente a la mitad tanto y tenía 7,700 partes móviles menos. El motor F-404-GE-100 era sumamente fiable y era fácil de mantener ya que cuenta con 6 módulos completamente intercambiables. Contaba además con un sistema de prendido automático en el aire. Aunque el motor F-404 es más pesado que el par de turbinas J-85 que reemplazó, el peso vacío del F-5G era sólo un 17 por ciento mayor que el del F-5E, llegando a alcanzar una velocidad máxima superior a Mach 2. La velocidad de trepada se incremento en un 567 por ciento en comparación con el F-5E, con una aceleración de subida inicial de 54,000 pies por el minuto y un techo de servicio de más de 53,000 pies. La velocidad supersónica se incremento un 47 por ciento más que la del F-5E. La capacidad de los tanques interiores de combustible se mantuvo inalterada, pero el más bajo consumo de combustible específico del motor F-404 dio al nuevo avión, un aumento del diez por ciento en su radio de combate. El ala del F-5G era parecida a la usada por el F-5E. Sin embargo, se agregaron nuevas extensiones de borde alar modificados como consecuencia del nuevo diseño de los conductos del motor de admisión. Las nuevas extensiones de borde alar LEX (Leading Edge Extension) aumentaron el coeficiente de ascenso máximo de el ala hasta un 12 % por solo un aumento del área del ala de sólo el 1.6 %, que otorgaba el 30 por ciento de la sustentación. Además cuenta con grandes estabilizadores horizontales para mejor maniobrabilidad. Al mismo tiempo se incluyeron flaps de maniobra delanteros para un mejor desempeño en combate ya que la mejor aerodinámica permite un mejor viraje, una mejor aceleración y reduce la resistencia, con cambios automáticos que dan una posición optima para cualquier velocidad y/o ángulo de ataque. La nariz se aplanó ligeramente en su punta para realzar la estabilidad en los ángulos altos de ataque. Esto hizo que la nariz del avión se pareciera a la de un tiburón, de ahí el nombre de Tigershark. El nuevo contorno de la nariz mejoró la estabilidad direccional en los ángulos de ataque de hasta 40 grados y redujo la tendencia del avión para volar invertido en baja velocidad. La burbuja de la cabina del piloto era un 44 por ciento más grande en su área y ofrecía una vista completa mejorada comparada a la del F-5E. La instrumentación de la cabina del piloto era de las más avanzadas en su día, siendo diseñada por un equipo unido de ingenieros, ingenieros de factores humanos, y pilotos de combate. Tenía un HUD con gran angular con un vector inicial y un par de despliegues multi-función monocromáticos. El trabajo del piloto se minimizó por el uso de botones de la entrada en la columna de la palanca de mando, el mando de sensores y el panel de armas. Las selecciones del interruptor fueron minimizadas. Por ejemplo, el seleccionador de armas de tres posiciones se preparo adelante para las armas de BVR, poniendo atrás del piloto los de proyectiles y más atrás las demás armas de tiro. Aunque la aviónica inicial del F-5G era esencialmente igual a la de la última versión del F-5E, incluido el radar Emerson, fue planeado ofrecer numerosas opciones en aviónica para que los usuarios pudieran contar con un Tigershark adecuado a sus propios requerimientos individuales y presupuesto. El Tigershark estaba provisto con un Radar denominado Multi-modo Coherente (MCR) qué puede cumplir tres funciones diferentes y puede apuntar con precisión objetivos que se están moviendo o en estacionario. Otra electrónica incluye un Despliegue Digital y Juego del Mando, una Computadora de Misión, el Sistema de Navegación Inercial por láser y un sistema de despliegue de alerta. El acelerador estaba montado en el bastón de mando que significó que el piloto podría operar el avión en combate sin tener que tener sus manos fuera del bastón de mando. Por todas estas características la USAF comenzó a mostrar interés en el proyecto, por lo que ordenó cuatro ejemplares del F-5G para su evaluación. Los números de serie fueron 82-0062/0065. El primer F-5G (82-0062 matricula civil N4416T) realizó su primer vuelo en la base Edwards, el 30 de agosto de 1982, a los mandos de Russ Scott.
READ MOREEste 15 de diciembre de 2020, en el aeródromo de la Planta de Aviación de Irkutsk, tuvo lugar el primer vuelo del avión MC-21-310, equipado con los nuevos motores rusos PD-14. La marca MC-21 engloba una gama de aviones comerciales de nueva generación diseñados para vuelos de corta y media distancia. Incluye el modelo MC-21-200 (con capacidad entre 130 y 165 pasajeros) y el MC-21-300 (160-220 pasajeros). La versión equipada con los motores PD-14 se denomina MC-21-310. La duración del vuelo fue de 1 hora 25 minutos. El avión fue pilotado por una tripulación formada por los pilotos de prueba Vasily Sevastyanov, Andrey Voropaev y el ingeniero de pruebas Alexander Soloviev. La tarea de vuelo consistió en comprobar los modos de funcionamiento de la central eléctrica, la estabilidad y control de la aeronave, así como el funcionamiento de sus sistemas. “Este vuelo es el resultado de la unificación de dos programas importantes de la industria de la aviación civil en Rusia: el avión MS-21 y el motor PD-14. Gracias a los esfuerzos de científicos, diseñadores, ingenieros, trabajadores, se está creando un avión de pasajeros de nueva generación, que devuelve a Rusia a la liga superior de la aviación mundial”, dijo Sergei Chemezov, director general de Rostec State Corporation. El pasado 6 de noviembre, la aeronave fue transferida del taller de ensamblaje final a la división de pruebas de vuelo de la Planta de Aviación de Irkutsk, una sucursal de Irkut Corporation PJSC. En preparación para el primer vuelo, los especialistas verificarán los sistemas de la aeronave, probarán el lanzamiento en tierra de la planta de energía, probarán la aeronave y los motores mientras se mueven por el aeródromo a varias velocidades. “Solo unos pocos países en el mundo son capaces de crear equipos de aviación de este nivel. Las próximas pruebas del MC-21 con motores domésticos son un acontecimiento histórico para la industria, una clara confirmación de que la industria de la aviación civil nacional tiene futuro”, asegura Anatoly Serdyukov, director industrial del grupo de aviación de Rostec. Imágenes Rostec Corporation
READ MORELos Tratados de Bucareli, firmados el 10 de septiembre de 1923, han tenido por alguna extraña razón, una serie de connotaciones, tanto históricas como psicológicas, dentro de ciertos sectores de la sociedad casi comparables con los estigmas de la conquista o perdida de los territorios en la guerra con los Estados Unidos. El tratado buscaba canalizar las exigencias de ciudadanos estadounidenses por presuntos daños causados a sus bienes por guerras internas en la Revolución Mexicana durante el período comprendido entre 1910 y 1921 y se llevaron a cabo en un edificio del gobierno federal ubicado en la calle de Bucareli. Las negociaciones se iniciaron el 15 de mayo de 1923 y terminaron el 13 de agosto del mismo año. En ningún lugar de los textos se hace mención a la prohibición de construir maquinaria o aeronaves y de su lectura se desprende lo siguiente: El presidente Obregón no tenía jurisdicción legal para hacer cumplir un tratado a título personal ya que los comisionados que los comisionados que a ellas concurrieron, fueron meros representantes personales de Obregón y por lo tanto incapaces para obligar al gobierno, que legalmente no intervino Las indemnizaciones o reclamaciones debieron ser entregadas durante cinco años a partir de la firma del tratado. Sin embargo, el Tratado careció de validez legal porque no estuvo sujeto a la aprobación de los congresos de los dos países firmantes, quedando en un “acuerdo de caballeros”, que comprometía únicamente a Obregón pero no a sus sucesores. Cuando Plutarco Elías Calles asumió la presidencia en diciembre de 1924, uno de los principales puntos de discordia entre Estados Unidos y México todavía era el petróleo. Calles rápidamente rechazó el Tratado de Bucareli de 1923. Por alguna razón se tiene la idea de que los Tratados de Bucareli, fueron ocultos aunque se encuentra publicado en el Diario Oficial de la Federación del 26 de febrero de 1924, aun así se especula que existe un complemento de dichos tratados de los cuales nadie ha visto, ni conseguido obtener información alguna. Después de 1923, la construcción de aviones no se continuó por motivos políticos pero sobre todo por falta de interés y la dificultad de crear una base industrial que permitiera conseguir esas capacidades. Existen muchos ejemplos de construcciones aeronáuticas después de esas fechas pero ninguno tuvo un éxito que permitiera desterrar esa idea equivocada. Estos tratados se han convertido en un pretexto para justificar la desventaja tecnológica mexicana en materia aeroespacial, ya que en ellos se menciona sobre el petróleo las indemnizaciones a los ciudadanos norteamericanos, compañías y sociedades entre otros, pero no señala alguna restricción para la construcción de aeronaves en México en donde el apoyo económico, tecnológico, político y principalmente profesional es determinante y es determinante para el crecimiento aeronáutico en México. En México históricamente no se ha creído en la ciencia y tecnología hecha en el país ni en sus científicos e inventores, todo esto se ve como un gasto y no como una inversión; sin embargo, los países desarrollados sí creen en el talento de los científicos e inventores mexicanos, y sin darnos cuenta nos hemos convertido en uno de los principales exportadores de científicos y técnicos de américa latina. La falta de una base industrial hizo que a principios del siglo, el gobierno mexicano, estimulara desde el año 2002, diversos proyectos de inversión y desarrollo de proveeduría que hoy han convertido a México en el sexto proveedor de partes aeroespaciales para Estados Unidos, el doceavo exportador mundial y el quinceavo productor a nivel mundial de productos aeroespaciales. Para muchos ha sido más fácil comprar algo en el extranjero, que preocuparse por obtener una base industrial que permita aplicar los conocimientos adquiridos por el capital humano, para luego justificar la incapacidad con supuestos tratados de hace 100 años.
READ MOREJorge Mendoza Sánchez, Director General de Banobras, informó que los costos de preservación del avión presidencial TP-01 en Estados Unidos ascendieron a 1.7 millones de dólares que corresponde a un poco más de 37 millones de pesos. Asegurando que luego de un año y siete meses en los que estuvo fuera de territorio mexicano, la aeronave se encuentra en perfectas condiciones, explicó que el avión tipo Boeing 787-8 recibió el trabajo de preservación en Victorville, Estados Unidos, el cual calificó como “la sede más importante de mantenimiento y operación de Boeing”. En conferencia de prensa en el Hangar Presidencial, el titular de Banobras señaló que el avión se encuentra en mejores condiciones de las que se recibió de la administración pasada y aseguró que no se venderá por debajo de su valor en el mercado es decir “no se malbaratará” El avión cuenta con más de mil 702 horas de vuelo. El Presidente nos dio la instrucción de vender al avión en las mejores condiciones a través de las mejores prácticas que se hiciera en un proceso transparente y se observen las directrices en materia de normatividad austeridad y también del uso eficiente de los recursos públicos. Siempre se ha contado con el acompañamiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y un precio de venta que ningún caso sea menor al valor de mercado. Al día de hoy nos encontramos en negociación con dos potenciales compradores la semana pasada el avión concluyó como saben, su estancia en Estados Unidos y continuará en territorio nacional. “En cuanto a las dos ofertas se tiene un avance con uno de los oferentes en términos y condiciones de compraventa. Se recibió un depósito de un millón de dólares el lunes pasado, así mismo la semana pasada recibimos una segunda oferta por otro interesado que se está analizando en este momento más adelante. Si se llegar a concretar esta forma de compraventa se tendrá que llevar unasinspecciones acabo por parte de los compradores para posteriormente hacer un cierre de operación y poder proceder con la entrega”. Posteriormente el C. General Luis Cresencio Sandoval González, Secretario de la Defensa Nacional informó sobre el proceso de los costos de adquisición y de mantenimiento del avión B 787-8, con número de matrícula 3523 “General José María Morelos y Pavón”. En noviembre de 2012, la Secretaría de la Defensa Nacional y BANOBRAS suscribieron un contrato por arrendamiento financiero, por un término de 15 años y un monto de $6,094’689,887.00; pagando del 2012 al 2020, $2,255’842,960.66 en ocho anualidades; quedando pendiente por pagar a capital, del año 2021 al 2027, un monto de $3,838’846,926.34; sin embargo, en caso de pagar el capital que se adeuda durante el mes de julio de 2020, se tendría un ahorro de $1,938’847,550.27 por concepto de intereses, ya que se pagaría únicamente un total de $4,155’842,336.73 pesos. El 8 de octubre de 2014, la compañía “Boeing” entregó la aeronave en Charleston Carolina del Sur, Estados Unidos de América (E.U.A.), arribando a la Base Aérea Militar No. 1, ubicada en Santa Lucía, Estado de México, el 9 de octubre de 2014, para regularizar su estancia legal en el país, trasladándose en la misma fecha, a la ciudad de Dallas Texas, E.U.A., para la configuración de sus interiores en la compañía “Associated Air Center, L.P.”, retornando a México el 3 de febrero de 2016. Por gastos erogados durante la presente administración de diciembre de 2018 a julio de 2020, se han generado los siguientes conceptos: Haciendo un comparativo de gastos, se obtuvo un promedio mensual de operación de la aeronave, en la pasada administración de $12’014,398.83 pesos y en la presente administración de $3’925,080.67 pesos, reflejando una diferencia de $8’089,318.16 pesos, lo que representa un 306 %. Haciendo un comparativo de gastos en 20 meses, la pasada administración tuvo un gasto de $240’287,976.54 pesos y la presente administración en el mismo periodo ha invertido $78’501,613.41 pesos, mostrando una diferencia absoluta de ahorro de $161’786,363.13 pesos, lo que representa el descenso de los gastos de un 306 % Imágenes: Gobierno de México
READ MOREEl avión presidencial “TP-01 José María Morelos y Pavón” un Boeing 787-8 aterrizó la tarde de este miércoles 22 de julio en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). El avión presidencial estuvo 19 meses en Estados Unidos, tiempo en el que recibió mantenimiento y propuestas de compra, sin que a la fecha se haya concretado ninguna. El Dreamliner se convirtió en el primer avión de fuselaje ancho en ser operado por la Fuerza Aérea Mexicana, el cual se esperaba operar por lo menos 25 años, sirviendo a las actuales y futuras administraciones federales para transportar al Presidente de la República, funcionarios y equipo de apoyo. Imágenes Gobierno de México
READ MOREPor: José Antonio Quevedo A un poco menos de cumplirse dos años de la llegada de este gobierno, el pasado 25 de junio se publicó el Programa Sectorial de Defensa Nacional 2020-2024. En este se plasman 6 objetivos prioritarios. Estos objetivos alejan a la fuerza armada de lo que es su esencia, la defensa del país y tampoco pone énfasis en continuar con la construcción de una fuerza armada moderna dotada de capacidades militares acordes al tamaño del país y su economía y la desvía en actividades como combatir la corrupción, cosa que ya se hacía, apoyar la Seguridad Pública, Bienestar Social y Desarrollo Económico, además de fortalecer las relaciones civiles-militares, dejando tres objetivos dentro de la esfera militar, pero son tan poco ambiciosos como cumplir de forma anual con el programa de producción y mantenimiento de la industria militar. En el rubro de apoyo a Seguridad Pública, Bienestar Social y Desarrollo Económico se consideran principalmente actividades en la construcción del aeropuerto y en la construcción de obras de infraestructura de la Guardia Nacional. Respecto a hacer más eficiente la operatividad de las Fuerzas Armadas de tierra y aire se consideran actividades para la modernización de la infraestructura de la industria militar, del programa de producción y mantenimiento de armamento, municiones, explosivos, vehículos, y equipos militares y sus accesorios de la industria militar, así como proyectos de investigación. No es que los miembros del ejército no puedan con las funciones que se le ha encomendado, creo más bien que es al contrario, simplemente como sociedad hemos perdido el enfoque de lo que deben hacer las fuerzas armadas y cuál es su esencia, tanto que muchos usuarios de redes sociales al ver una imagen de un blindado preguntan y por qué no hacen nada con ese equipo, porque no atacan a los malos? Como su el ejército fuera la policía, a ese nivel hemos perdido la brújula. Si bien con sus actividades las fuerzas armadas pueden coadyuvar con sus actividades al mejoramiento de la Seguridad Publica y en algunos casos en el desarrollo económico como es el caso de la industria aeroespacial, estas siempre deberían desarrollarse dentro de las actividades de defensa tal y como lo señala la regulación constitucional de las fuerzas armadas donde el artículo 89, faculta al Presidente de la República para “Disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente, o sea del Ejército terrestre, de la Marina de Guerra y de la Fuerza Aérea, para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación”. Es así que con este plan sectorial la Sedena se separa de su visión 2030 y la mueve al 2040, reconociendo un desfase de 10 años para obtener unas fuerzas armadas dotadas de recursos humanos, materiales, tecnológicos e informáticos de alta calidad, acordes a la potencialidad del país. 9.- Epílogo: Visión hacia el futuro La SEDENA se continuará consolidando como un actor estratégico en el 2024 para la paz y la seguridad, contribuyendo al desarrollo nacional y siendo un factor de cohesión que integra y fusiona a la sociedad mexicana; con una sólida formación axiológica, física y operativa de sus integrantes basada en la moral, disciplina, liderazgo e igualdad de género; actuando con apego al Estado de Derecho, respeto irrestricto a los Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario; optimizando la operatividad de las Fuerzas Armadas de tierra y aire para afrontar con éxito las amenazas, riesgos y desafíos multidimensionales que constituyen un obstáculo al logro de los objetivos nacionales, de modo que, para el 2040, el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos se encuentren dotados de recursos humanos, materiales, tecnológicos e informáticos de alta calidad, acordes a la potencialidad del país.
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