Por: Ihuitl Maldonado Gastelum El pasado 16 de febrero tras el sismo sufrido en buena parte de la república mexicana, un helicóptero con la más alta tecnología se accidentó en Jamiltepec Oaxaca privando de la vida a catorce personas y poniendo en riesgo la integridad del Secretario de Gobernación así como del gobernador del estado de Oaxaca, evidencia una cadena de errores que puntualiza la urgente necesidad que tiene la Fuerza Aérea Mexicana de ser reorganizada de una manera independiente y sin la intervención de instancias que nada tienen que ver con la aviación y si entorpecen sus operaciones. El Halcón Negro En el año 2002 se estrenaba la película “La Caída del Halcón Negro”, un drama de la vida real sobre una serie de eventos sucedidos en Mogadiscio, capital de Somalia en el año 1993 durante una operación de “Paz” de las Naciones Unidas, en la que milicias de los caudillos derribaron un par de UH-60 “Blackhawk” del ejército de los Estados Unidos, el filme muy al estilo norteamericano versaba sobre el rescate de las tripulaciones y el heroísmo de los soldados de ese país, siguiendo su máxima de “Nadie Queda Atrás” (No One Leave Behind), pero también hacia alarde de las capacidades de helicópteros como el Hughes OH-6 “Cayuse” y el Sikorsky UH-60 en situaciones de combate, si bien estas aeronaves no salieron bien libradas, demostraban sus características y capacidades generales. El Sikorsky UH-60 “Blackhawk” fue desarrollado en el año 1972 bajo el programa UTTAS, “Utility Tactical Transport Air System” (Sistema Aéreo de Transporte Táctico y Utilitario), diseñado para sustituir al ya veterano Bell UH-1 “Huey / Iroquois” que había prestado un invaluable servicio en la Guerra de Vietnam; el coste del UH-60 era elevado, debido en gran medida a la tecnología que se empleaba y a que varios de sus sistemas de vuelo como el eléctrico e hidráulico se presentaban por duplicado, amén de que se encontraba fuertemente reforzado con un blindaje que soportaba impactos de hasta 7.62 mm, el helicóptero cosechó grandes éxitos en conflictos como la Guerra del Desierto, en que operaron bajo condiciones extremas y en un ambiente totalmente arenoso, saliendo bien librado de la mayoría de las batallas en que participó. Ha gozado de tan buen éxito y reputación que incluso se fabricaron unidades para exportación, siendo Colombia y México los primeros países de Latinoamérica en contar con él; en nuestro país llegó bajo la denominación S70-A-24, equipando al entonces Escuadrón de Operaciones Sikorsky 216 (OES-216) y al UETTAM (Unidad Especial de Transporte Táctico del Alto Mando) a principios de los años noventa y posteriormente con la adquisición de 18 unidades del tipo UH-60M en 2015, a varios escuadrones a lo largo del país, incluyendo al EA-108, al que pertenecía la aeronave siniestrada. A lo largo de su vida operativa el “Blackhawk” ha sido objeto de diversas actualizaciones en sus sistemas de acuerdo a los avances tecnológicos y distintos roles operacionales, convirtiéndolo en uno de los mejores sistemas de defensa y transporte de la actualidad, en resumen es un equipo de primera línea que cuenta con tecnología de punta, que lo hace apto para llevar a cabo operaciones en todo tiempo y en todo terreno; estas razones hacen prácticamente imposible el pensar que el accidente del pasado16 de febrero se debiese a fallos en la aeronave por entrada de arena y disminución de potencia en los motores ya que está diseñado precisamente para esto, tal y como podemos apreciar (gracias a la magia del internet) en el video de youtube: https://www.youtube.com/watch?v=RiZm7oXMTXw, no, definitivamente la tragedia es el resultado de una cadena de errores. El Accidente Antes de continuar con este escrito y hacer una análisis más objetivo, debo dejar en claro que no soy piloto de helicópteros o aeronaves, situación que evidentemente no me permite saber de primera línea, esto en base a algún tipo de experiencia práctica, las diferentes situaciones que se pueden presentar durante un aterrizaje, sin embargo me he inclinado por la investigación y la historia y he estado relacionado con el medio aeronáutico durante ya algunos años, por lo que conozco del tema, además me acerque a un excelente amigo, el Capitán Félix Ramírez Alvarado, piloto de aeronaves de ala rotativa, ex piloto de Fuerza Aérea y actualmente piloto de fuerzas de seguridad del estado de Jalisco, quien posee amplia experiencia, 9,600 horas de vuelo en helicópteros y por supuesto conocimiento técnico de las diferentes situaciones que se presentan durante un aterrizaje de este tipo de aeronave. Por otro lado, también basamos este escrito en las diversas publicaciones, editoriales, reportes escritos, imágenes, videos filtrados en internet y entrevistas, que desde el primer instante en que se les observa, lee y analiza, dejan en claro que algo no está del todo correcto, por lo que conjuntando toda la información disponible me dispuse, junto al Capitán Ramírez Alvarado, a analizar las posibles causas del accidente. El punto de partida se da a través de un video de escasos 45 segundos, que con muy mala calidad de imagen muestra al “Blackhawk” en aproximación final, observándose dos automóviles al fondo iluminando con sus faros el terreno donde sería el aterrizaje, al bajar el helicóptero se comienza a apreciar el efecto de tierra (Ground Effect) con la nube de polvo levantándose y perdiendo de vista al UH-60M, solamente apreciándose la luz de aterrizaje y las luces anticolisión, para unos segundos después impactarse contra los vehículos que se encontraban en el extremo opuesto a la trayectoria de aproximación del sitio de aterrizaje, el cual en términos aeronáuticos se le conoce como FATO (Final Approach and Take Off Area), con la consiguiente tragedia. Lo primero que salta a la vista y contrario a lo que se había mencionado en un principio, es que la aeronave habría caído de 30 o 40 metros de altura, lo cual no es correcto, pues el video muestra que prácticamente ya se encontraba en tierra, si hubiese caído a la altura indicada, el helicóptero hubiese quedado si bien no destrozado,
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