Redacción. – La Armada de Estados Unidos recibirá acorazados de nueva construcción, los más grandes que existen en la actualidad, según un anuncio del presidente Trump en Florida.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, el secretario de Estado, Marco Rubio y el secretario de la Marina, John Phelan, asistieron al anuncio presidencial sobre la creación de una nueva clase de acorazados bajo la iniciativa «Flota Dorada», un esfuerzo diseñado para restaurar la construcción naval estadounidense. Los cuatro hicieron declaraciones durante el anuncio, enfatizando la necesidad de esta nueva clase de acorazados.

Los buques, bautizados como clase Trump en honor al presidente, serán buques de guerra de 30.000 a 40.000 toneladas, superando a los mayores buques de combate de superficie en servicio hoy en día, incluyendo el mayor crucero de batalla nuclear existente de la Armada rusa, la clase Kirov. Una representación del buque líder, el USS Defiant, presenta grandes conjuntos de radares SPY-6, láseres que disparan a objetivos ocultos y al menos 100 celdas VLS, todo ello equipado en un casco históricamente grande.

Necesitamos barcos con urgencia, y he aprobado un plan para que la Armada inicie la construcción de dos grandes acorazados. Solíamos construir el Iowa, el Missouri y el Alabama. Estos tendrán cien veces más fuerza y ​​potencia. Cada uno de ellos será el acorazado más grande construido en la historia de nuestro país.

Las imágenes muestran al USS Defiant construido con una superestructura integrada y varios sistemas de armas remotas, así como un sistema de cañón no identificado similar al Sistema de Cañón Avanzado (AGS) de 155 mm de la clase Zumwalt. El cañón parece ser un cañón de riel, que el presidente Trump confirmó que estaría equipado en los buques.

Se ven al menos cuatro sistemas de ataque electrónico SEWIP Bloque III, todos integrados en la superestructura, que proporcionan ataque electrónico y engaño contra misiles entrantes. En imágenes de alta resolución proporcionadas por la Armada de los EE. UU., se aprecian dos lanzadores de misiles Rolling Airframe de 21 celdas en el centro del buque, a babor y estribor, con un banco de VLS en el centro apenas visible.

Los tres bancos de celdas de lanzamiento vertical serán capaces de disparar una mezcla de misiles VLS Mark 41 estándar, incluidos Tomahawks y misiles estándar que se muestran en las representaciones, con un solo banco más grande más alejado hacia la proa capaz de disparar misiles hipersónicos Conventional Prompt Strike (CPS) que actualmente se están instalando en los barcos de clase Zumwalt en Huntington Ingalls Industries Pascagoula.

Las representaciones muestran dos cañones Mark 45 de 5 pulgadas hacia la proa, a estribor y babor, con numerosas celdas VLS tras los cañones. A proa se encuentran celdas VLS más grandes, similares a las que se observan en la clase Zumwalt para disparar misiles CPS. Estas celdas también podrían ser similares al Growth VLS (G-VLS) de Lockheed Martin, una celda VLS de mayor tamaño para futuras expansiones y con potencial de multipack para misiles existentes.

Delante del banco VLS hipersónico de mayor diámetro, que se muestra lanzando un misil hipersónico, se encuentra un cañón no identificado muy similar a un cañón de riel. General Atomics presentó recientemente cañones de riel para defensa aérea y antimisiles, destacando los avances de diseño que resuelven los problemas previos de desgaste del cañón. El presidente Trump confirmó que el buque estará armado con cañones de riel durante su declaración.

El presidente Trump también confirmó que los barcos estarán armados con el misil de crucero con punta nuclear SLCM-N (Misil de crucero lanzado desde el mar – Nuclear) que se está desarrollando para la flota, agregando un nuevo elemento de la tríada nuclear a la fuerza de superficie.

El presidente Trump y el secretario de la Marina, Phelan, declararon que la clase sería el futuro buque insignia de la Marina de los EE. UU. que serviría como plataformas de comando de flota para almirantes.

La Casa Blanca también destacó la importancia de estos buques para la reactivación de la construcción naval estadounidense. Se ha aprobado la construcción de dos buques y se planea construir diez a largo plazo. Según el presidente Trump, se podrían construir hasta 25 a un ritmo acelerado con el apoyo de inversiones de la industria.