Crea el Politécnico un simulador de helicóptero Bell 412.
- Ciencia, Tecnología e Innovacion, Helicópteros, Historia Aeronautica
- marzo 9, 2017
En los últimos días se ha dado conocer por varios medios que este año la Secretaria de la Defensa Nacional aumentó en casi 39 por ciento los recursos que maneja, al pasar de 81 mil millones de pesos, en 2018, a más de 112.5 mil millones para este 2021. Es así que el presupuesto del que dispondrá la Sedena equivale al gasto total que recibirán ocho Secretarías de Estado como Marina, Gobernación, Relaciones Exteriores, Cultura, Función Pública, Economía, Trabajo y Desarrollo Territorial. De hecho, en el Presupuesto de Egresos 2021, la Sedena aparece entre las cuatro dependencias con más recursos asignados después de Educación Pública, con 337 mil millones; Bienestar, con 191 mil, y Salud, con 145 mil millones de pesos. El monto que maneja la Sedena también equivale a 16 veces los recursos que tendrán los partidos políticos este 2021. Este aumento en el presupuesto militar ha hecho que algunas voces se levanten señalando que existe una militarización en el país, lo cual está totalmente alejado de la realidad, aunque eso trae aparejado algunos problemas ya que junto con el aumento al presupuesto viene un aumento de funciones como la construcción de las sucursales del Banco del Bienestar, Santa Lucía, el Tren Maya, entre otros proyectos y que son actividades que no tienen que ver con la defensa nacional, son tareas en las que están directamente supliendo las funciones civiles del Gobierno, para cumplir las políticas y los proyectos que este gobierno considera prioritarios. Es así que simplemente los presupuestos cambiaron de lugar por ejemplo para la construcción del nuevo aeropuerto, el presupuesto para este cambio de la SCT a la Sedena que ejecutara la obra. Es así que en términos reales el presupuesto para actividades inminentemente militares es más bajo en comparación con el sexenio anterior. En el de Presupuesto de Egresos de la Federación para el 2021, se aumentó el presupuesto para la Sedena de 94,028 millones pesos en 2020 a 112,557 millones 168,656 en 2021, que implicaría un aumento de 19.71%. Se contempla un gasto de inversión para atender los compromisos de los Programas y Proyectos de inversión, relacionados con arrendamientos financieros y para continuar con las obras militares tales como la construcción de instalaciones de un Aeropuerto civil-militar en Santa Lucía, Estado de México y la reubicación de instalaciones militares. Para esta tarea, la Sedena prevé destinar el próximo año 21,314 millones de pesos. Es así que en términos reales el presupuesto para para atender actividades de las Fuerzas Armadas como en apoyo a las autoridades civiles nacionales encargadas de la seguridad pública para reducir la violencia en el país, patrullajes aéreos para detectar plantíos ilícitos y combate al narcotráfico y delincuencia organizada, recorridos aéreos y terrestres en apoyo al Plan DN-III-E, en apoyo a la población civil afectada por diversos fenómenos naturales, entre otras tiene una reducción de unos 3,000 millones de pesos en relación con el presupuesto 2019 y tampoco se encuentran nuevos proyectos de inversión para algún equipamiento militar como helicópteros y vehículos blindados. La Sedena destacó que parte de los recursos solicitados serán para la creación de 14,400 plazas de soldado para el cuerpo de Policía Militar (PM), en apoyo de actividades de Seguridad Pública. Cabe destacar que dicha Secretaría transfirió desde el 2019, elementos de la PM a la Guardia Nacional.
READ MORELa Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) llamó al Gobierno mexicano a revaluar la pertinencia de la construcción de proyectos aeroportuarios como Santa Lucía, esto ante el impacto que la crisis tendrá en la aviación. “La mejor posición del Gobierno mexicano es que evalúe cualquier proyecto de construcción masiva, el panorama va a ser distinto cuando salgamos de la crisis”, aseguró Peter Cerdá, vicepresidente para las Américas de la IATA. La recomendación a nivel mundial de la Asociación es analizar la viabilidad de proyectos de remodelación y el inicio de proyectos aeroportuarios, pues la demanda después de la crisis será menor. Pese a la contingencia sanitaria, el Gobierno mexicano ha señalado que las obras prioritarias, como Santa Lucía, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, continuarán su construcción, decisión respaldada por la Secretaría de Salud. La caída registrada en los últimos días de marzo en la aviación mexicana ha llevado a las aerolíneas a operar por debajo del 15 por ciento de sus bitácoras habituales, según información de la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero). Por ello, la IATA insistió en que el Gobierno mexicano debe conversar con la industria aérea para analizar la pertinencia del aeropuerto de Santa Lucía, el cual, desde el anuncio de su construcción fue criticado por las aerolíneas debido a su mínima capacidad en comparación con el aeropuerto que se canceló en Texcoco. “Lo que va a ser la demanda en los próximos meses y años, no va a ser la misma de antes de la crisis”, agregó Cerdá. Actualmente, la IATA no puede publicar un pronóstico de cuánto tiempo tardará en que la demanda se recupere a los niveles que tenía en 2019. El gobierno de México está construyendo el Aeropuerto de Santa Lucía, para conformar un Sistema Aeroportuario Metropolitano sumando las terminales de Ciudad de México y Toluca. El objetivo sería repartir la saturación que tenía, hasta antes de la pandemia de 2019, el aeropuerto de Ciudad de México. Anteriormente el Presidente canceló la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, que se construía en Texcoco, para realizar otro en la base militar de Santa Lucía que se planea inaugurar el 21 de marzo de 2022. Hasta antes de la crisis mundial, el gobierno estimaba que el nuevo aeropuerto podría llegar a transportar 19 millones 462 mil pasajeros en su primera etapa, la cual será alcanzada hacia 2032, a pesar de que se encuentra a 45 kilómetros del actual AICM, lo que dificultara el traslado y conexiones de los posibles pasajeros. A la fecha el proyecto todavía no cuenta con el Plan Maestro terminado, ni se cuenta con el rediseño del espacio aéreo. La conexión entre el AICM y Santa Lucia se encuentra a una distancia superior al promedio internacional, lo que se traduce en mayores costos y tiempos de traslado. La construcción del aeropuerto en Santa Lucia solo es una solución parcial al aumento de la demanda aérea, sin ser una solución definitiva, ya que con el AICM se corre un riesgo cotidiano en las operaciones aeronáuticas debido a que se encuentra completamente rodeado por la mancha urbana de la CDMX con una gran densidad de población.
READ MOREAndrés Conesa, director general de Grupo Aeroméxico, aseguró que la aerolínea no operará en dos o más aeropuertos para servir a la Ciudad de México, aun cuando el gobierno federal tenga planeado poner en marcha el Sistema Metropolitano de Aeropuertos, compuesto por las terminales de la Ciudad de México (AICM), Toluca (AIT) y la Base Militar de Santa Lucía. “Debido a nuestro modelo de negocios, necesitamos un solo aeropuerto. Nunca operaremos algunos vuelos desde el aeropuerto A y otros desde el aeropuerto B porque necesitamos tener todos nuestros aviones en el mismo espacio”, declaró el directivo durante una llamada con inversionistas. A pesar de lo anterior, añadió que permanece atento a la información que provea el gobierno federal sobre el funcionamiento del Sistema Metropolitano y que, hasta ahora, lo que han visto les resulta positivo, especialmente tras el anuncio de las inminentes remodelaciones en la Pista 05L-23R y la Terminal 2 del AICM, con una inversión total de 3,000 millones de pesos. La nueva remodelación de la terminal capitalina es parte del plan de la nueva administración para atender la creciente demanda aérea y la saturación que actualmente padece. En el 2018, el AICM registró una movilización de 47.7 millones de pasajeros, muy por encima del límite original, el cual era de 34 millones de personas anuales. Tras la cancelación del aeropuerto en Texcoco, el gobierno federal ha propuesto la creación de un sistema aeroportuario que resolverá la saturación del aeropuerto capitalino. El nuevo aeropuerto civil que se ubicará en la base aérea militar de Santa Lucía llevará el nombre del general Felipe Ángeles. Así lo anunció el presidente al presidir la ceremonia conmemorativa del 104 Aniversario de la Fuerza Aérea Mexicana. El plan incluye la construcción de dos pistas en la Base Aérea Militar Santa Lucía, la modernización del AICM y del Aeropuerto Internacional de Toluca, así como la posible construcción de una pista adicional en un terreno de 900 hectáreas en Tizayuca, Hidalgo, hacia el año 2021. De acuerdo con el presidente de México, el proyecto de Santa Lucía estará listo dentro de tres años y significará un ahorro de 100 mil millones de pesos en comparación con el NAIM en Texcoco; operará con las normas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y los recursos serán administrados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con el objetivo de fortalecer las finanzas de dicha institución. Cabe mencionar que la Sedena ya lanzó la convocatoria para realizar los estudios de preinversión para éste proyecto, mismos que se llevarán a cabo entre febrero y diciembre de este año, para la construcción de un aeropuerto mixto civil-militar de capacidad internacional, para lo cual, solicitó ejercer la cantidad de 885 millones 571 mil 400 pesos a la Secretaría de Hacienda. De acuerdo con la ficha técnica del proyecto de inversión, se requieren 14 análisis en diferentes materias para dicha obra y en el que el gobierno federal destinó 15 mil millones de presupuesto para este año. En los estudios para la construcción del nuevo aeropuerto en Santa Lucía, se analizará la solicitud para realizar operaciones simultáneas con Toluca y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México además de la conectividad terrestre con este último, ferroviaria, y alternativas de movilidad de servicio público y privado, para el desplazamiento entre ambas terminales, entre otros estudios de impacto ambiental, económico y financiero, además de la factibilidad técnica.
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