MÉXICO AEROESPACIAL 
Redacción. – El Gobierno de Colombia ha revelado los detalles del contrato para la adquisición de los 17 aviones de combate Gripen, la mayor modernización de su poder aéreo en décadas. Esta adquisición representa un salto tecnológico y estratégico que fortalecerá la capacidad de disuasión y la modernización sostenible de la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC). Después de un proceso técnico que se inició con una oferta inicial para 16 aeronaves, Colombia logró negociar, sin modificar el presupuesto, la compra de 17 aviones Gripen, de los cuales 15 serán de la versión E y 2 de la versión biplaza F, dejando además la opción para un avión adicional. Uno de los pilares del acuerdo fue el mantener un precio fijo, diseñado para blindar los recursos de Colombia ante variaciones inflacionarias y fluctuaciones del mercado aeronáutico. En este caso, cualquier riesgo financiero derivado de dichas variaciones será asumido directamente por el contratista, la empresa Saab de Suecia. El valor global del contrato asciende a $4.402.000.000 millones de dólares con una ejecución escalonada a siete años, acorde con las proyecciones del Ministerio de Hacienda y las autorizaciones presupuestales vigentes. Una parte importante del acuerdo es el paquete tecnológico incluido que transformará significativamente las capacidades de formación y entrenamiento de la FAC, esta infraestructura permitirá reducir costos, aumentar la disponibilidad operativa y elevar el nivel táctico del personal, ya que en Colombia se instalará un centro de simulación de última generación, compuesto por cuatro cabinas interconectadas que permitirán entrenamientos simultáneos bajo escenarios tácticos avanzados y operaciones coordinadas entre múltiples aeronaves. Un dato que destacar es que el costo por hora de vuelo del Gripen es inferior al de la actual flota KFIR, lo que implica una reducción significativa en los costos de operación y mantenimiento a largo plazo. Además, para el mantenimiento se garantiza un soporte logístico para 3,000 horas de vuelo, asegurando un alto nivel operativo desde el inicio de operaciones, proyectado para 2028, hasta el año 2032, con base en un stock inicial de componentes y repuestos, diseñado para cubrir eventuales contingencias y reemplazar componentes mientras se hacen efectivas las garantías reforzando la capacidad de respuesta de la FAC, reduciendo tiempos de inactividad. Se contempla también que en los primeros tres años posteriores a la entrega de la primera aeronave, personal técnico y operativo de Saab acompañará el proceso de transición a la nueva aeronave, garantizando una incorporación adecuada del sistema, fortaleciendo las capacidades de la FAC. El contrato incluye también todas las herramientas y equipos de apoyo en tierra para operar las aeronaves tanto en su base principal como en despliegues dentro del país, ampliando la flexibilidad operativa de la FAC. El contrato también contempla un paquete integral de armamento avanzado, que incluye misiles aire-aire de corto, mediano y largo alcance, además de capacidades aire-tierra y superficie de precisión. Este arsenal dota al país de una capacidad disuasoria nueva y posiciona al Gripen como el sistema de armas más avanzado en la historia de la aeronáutica en Colombia. Respecto al adiestramiento se proporcionará entrenamiento y transferencia de conocimiento, dirigido a pilotos operativos y de prueba, técnicos de mantenimiento, operadores de simulación y personal de soporte de misión, con esto la FAC operará plenamente las capacidades del Gripen, transfiriendo conocimiento crítico y consolidando independencia operativa. Este proceso de selección no fue improvisado, ya que la oferta de la empresa Saab resultó un 20% más económica que otras alternativas evaluadas, manteniendo estándares tecnológicos superiores.
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Redacción. – Colombia está en proceso de firmar el contrato para la adquisición de 17 cazas de combate Gripen E/F destinados a la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC). Tal y como se ha anticipado, el monto de la operación con Saab asciende a $4.402.000.000 millones de dólares después de un periodo de completa incertidumbre sobre el estado del contrato. Se trata de la firma de un acuerdo por el que Colombia busca modernizar su capacidad de defensa aérea y fortalecer la industria nacional mediante proyectos de compensación tecnológica. Este proceso, que se posicionaría como la compra pública más grande equiparable a la inversión destinada al metro de Bogotá, misma que fue impulsada de forma reiterada por el presidente Gustavo Petro. El contrato incluye la adecuación de infraestructura (pistas, hangares, sistemas logísticos) y otros sistemas para la operación de la flota, donde el 98,2 % corresponde al valor de los aviones y el resto a infraestructura complementaria. La oficialización de la firma se hará el 14 de noviembre en el marco del aniversario de la FAC. El contrato, cuyo cierre estaba planificado para septiembre, experimentó retrasos que se habían visto agravados por posturas internacionales adoptadas por el jefe de estado colombiano. Aunque Saab, la empresa sueca responsable del modelo Gripen, aseguró contar con todos los permisos necesarios, existían preocupaciones derivadas de la cadena de suministros del avión, según detallaron algunos medios. No obstante, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, reveló que la demora obedecía a trámites estrictamente administrativos, descartando otros motivos. “Estamos mirando unos temas jurídicos, de palabras. Pero, yo creo que está por ahí en 95% el texto y frente a todo el contrato estamos en 99%”, dijo el funcionario en entrevista a medios. En las mismas declaraciones, el ministro fue enfático en afirmar que la firma del contrato no se extendería más allá de noviembre: “Para eso es que estamos trabajando, pero tenemos que asegurar que quede todo bien escrito. Es tema más de la minuta del contrato, las cláusulas que queden bien estructuradas, que queden bien protegidos el contrato, que se garantice el cumplimiento de este. Es eso, no es nada de fondo”. El programa contempla transferencia tecnológica y participación de la industria colombiana, de modo que la modernización no sea solo de plataforma, sino que aporte al desarrollo aeroespacial local. La firma del contrato había sido anunciada como inminente para el mes de noviembre de 2025, junto con los mecanismos de compensación industrial (offset) del programa. El calendario estipula que la llegada de los aviones Gripen, que sustituirán a los actuales Kfir, comenzará en 2027 y concluirá en 2032. El cierre de la negociación fue posible tras conseguirse el respaldo de entidades bancarias suecas que facilitarán la financiación del contrato. Las aeronaves estarán equipadas con sistemas de armamento avanzados, además de incorporar tecnología de última generación en sus sistemas y sensores. El acuerdo contempla, además, la adaptación de la infraestructura y la provisión de soporte logístico para la operación de los aviones en las bases aéreas existentes en Colombia. Sobre la importancia de estas aeronaves para el país, el comandante de la FAC, general Luis Carlos Córdoba Avendaño, señaló que representa que Colombia ingrese a las “mejores capacidades aéreas del mundo”. “Estamos fortaleciendo nuestra capacidad de defensa no solo para mantener la soberanía, sino porque es esencial para proteger los recursos estratégicos del país y tener una Fuerza Aeroespacial preparada”, dijo El general Córdoba detalló que los Gripen representan una solución completa, que abarca desde armamento y servicios de soporte logístico hasta mantenimiento, repuestos, equipos de prueba, herramientas especializadas, adecuación de infraestructura, simuladores de vuelo y un programa integral de formación para pilotos, técnicos e ingenieros. Con la firma del contrato por los Gripen Colombia pone fin al proceso de renovación de sus aviones de combate, reemplazando su flota de interceptores IAI Kfir C10/C12 COA, que han superado sus límites operativos.
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Colombia va a adquirir una flota de aviones Gripen a Suecia para la defensa de su soberanía y reemplazar los Kfir de fabricación israelí, anunció el presidente Gustavo Petro. «La flota de aviones que se adquirirá, es completamente nueva, última tecnología, ya implementada en Brasil, y son de la marca Saab 39 Gripen«, dijo Petro en su cuenta de X. El mandatario colombiano también señaló que habrá una compensación en inversión social que consistirá en una fábrica de producción de paneles flexibles solares, de última tecnología, que se ubicará en el departamento de Córdoba; la instalación de agua potable para varios puntos del departamento de La Guajira, con enormes necesidades del líquido; y la restauración y la instalación de equipos tecnológicos médicos de última tecnología en la torre central del hospital San Juan de Dios en Bogotá. La elección de los Gripen era un secreto a voces desde hace meses. El ministro de defensa Pedro Sánchez, un general de la Fuerza Aeroespacial (FAC) aseguraba que los aviones se comprarían antes de que acabara el actual Gobierno, en agosto de 2026. “Es una decisión del presidente y un deber de la nación. No es un capricho”, defendió el ministro. El momento del anuncio es importante ya que Suecia es el invitado de honor en F-AIR Colombia 2025, la feria aeronáutica y de defensa más importante del país, que se celebrará en Julio en Rionegro – Antioquia. Fuentes de la industria y analistas esperan que la firma oficial del contrato entre Colombia y Saab se concrete durante este evento, aprovechando la presencia de delegaciones de alto nivel de ambos países. También deberá conocerse el grado de involucramiento de Brasil que estará ya en capacidad de producir el Gripen en su territorio. Esta se convertirá en la mayor adquisición de equipo militar que hace Colombia en décadas y no está exenta de críticas. El propio presidente había dicho hace dos años, en una ceremonia de ascensos al comienzo de su mandato, que las esposas de los pilotos se lo iban a agradecer dado que “ya era un peligro subir sobre esos aparatos”, una idea que repitió en el reciente aniversario de la FAC. Colombia ha estudiado el reemplazo a los aviones Kfir, que operan la defensa aérea colombiana desde hace tres lustros, bajo distintas administraciones. Aunque la decisión final se postergó en varias ocasiones, el actual Gobierno ya había informado que las tres ofertas eran los F-16 de Estados Unidos, por los que parecía inclinarse en su momento el presidente anterior, Iván Duque; los Rafale de Francia, que llegaron a ser la oferta “preseleccionada” al comienzo del Gobierno de Petro y los Gripen de Suecia. La incorporación de los Gripen representa uno de los programas de modernización militar más importantes para Colombia en décadas. No solo fortalecería la capacidad disuasoria y operativa de la Fuerza Aérea Colombiana, sino que también estrecharía los lazos estratégicos y tecnológicos con Suecia y Brasil al tiempo que impulsa proyectos de desarrollo clave a nivel nacional a través del acuerdo de compensación. La confirmación oficial por parte de Saab y la firma del contrato en F-AIR Colombia son ahora los eventos que confirmarían la decisión.
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Por José Antonio Quevedo A finales del año 1976, fueron descubiertos nuevos yacimientos petrolíferos en los mares mexicanos lo que aumento las reservas petroleras, convirtiendo a México en uno de los mayores productores de crudo en el mundo, por lo que la perspectiva de la Defensa nacional tuvo que ser analizada y adecuada a los nuevos intereses y a los recursos descubiertos. Sobre esta situación México comenzó la modernización de sus Fuerzas Armadas de Aire, Tierra y Mar, reconsiderando las ofertas recibidas y buscando a nivel mundial los recursos más adecuados al nivel de protección que se buscaba. Hacia mediados de 1977 la FAM se inclinaba por dos aeronaves; el FUGA Magister de diseño francés, que se consideraba óptimo para reemplazar a los aviones T-28 con el que estaban dotados los tres Grupos Aéreos ubicados en el interior de México y el Escuadrón del 1er Grupo Aéreo que se encontraba en Zapopan y el caza supersónico Kfir C-2 de fabricación israelí, ideal para reactivar el Escuadrón Aéreo 200 del Séptimo Grupo Aéreo Jet de Pelea con el cual se podrían resolver muchos problemas de índole militar, así como dar un gran salto tecnológico en todos sus niveles, en ese momento el precio de uno de estos aparatos se estimaba en seis millones de dólares aproximadamente. Dentro de este esquema de equipamiento, finalmente se adquirieron en Suiza los aviones Pilatus PC-7 con la triple función de entrenadores/apoyo a tierra/seguridad interior a partir de 1978. Primero con el escuadrón de entrenamiento de la Escuela Militar de Aviación en Zapopan, Jalisco que utilizaba AT-6 y después en los demás Escuadrones Aéreos que utilizaban T-28 dejando al FUGA Magíster en el camino. Una de las opciones consideradas para el arma de caza durante los últimos años de la década de los setenta era el de aprovechar el Programa de Ventas Militares del Gobierno de los Estados Unidos, para la compra de un Escuadrón Aéreo de aviones de combate y de todo el aparato logístico y de capacitación alrededor de ellos, vislumbrando la posibilidad de equiparse de 26 aparatos Northrop F-5E/F que formarían un Grupo Aéreo, pero en 1977 el presidente James Carter decretó la Directiva Presidencial 13 (PD-13) con la intención de que la transferencia de armas estuviera ligada directamente a mejorar los intereses de seguridad de Estados Unidos y las vinculó estrechamente a los historiales de derechos humanos de los gobiernos receptores, esta primera solicitud se rechazó en 1979. Esta directiva impuso límites en el monto del dinero de las ventas y prohibió que Estados Unidos introdujera en una zona armamentos que sean más sofisticados que los que ya existían en ella, limitó la producción de armamentos que se desarrollaran exclusivamente para exportación y puso muchas otras limitaciones. Muchos analistas señalaron que la presidencia de Carter fue incongruente en la aplicación de la PD-13, ya recibió gran oposición incluso dentro de su propia administración. Mientras que el presidente Carter prohibió las ventas de aviones a América Latina, propuso una de las ventas más grandes de aviones a Israel, Arabia Saudita y Egipto en la primavera de 1978, proporcionando un claro ejemplo de las incongruencias de sus políticas. Así las cosas la FAM, volvió a su primera opción, el avión de combate multipropósito supersónico de fabricación israelí Kfir C-2 de acuerdo a la propuesta presentada por el gobierno de Israel, llegando incluso a la visita de sus representantes durante el mes de enero de 1980 para estudiar la compraventa de veinticuatro de estas aeronaves, con posibilidades de llevar a cabo el ensamblado de estos en territorio mexicano y convertirse en plataforma de producción para posibles ventas en Latinoamérica. Un Boeing 727 de la Fuerza Aérea Mexicana se desplazó a Israel y dos pilotos, el General de Grupo Javier Velarde Quintero y el Capitán Alberto Esquinca Gurrusquieta, realizaron vuelos de prueba en el avión. El avión Kfir, que era una muy mejorada evolución del Mirage 5, de origen francés y que presentaba un notorio incremento sobre las prestaciones de los Mirage originales en gran parte por la adopción de planos canard y un motor mucho más potente, en este caso un turborreactor de flujo axial General Electric J79. El motor norteamericano presentaba en si un obstáculo en el diseño del Kfir que a la larga no permitirá su llegada a México, siendo este motor la causa de la restricción para su venta a terceros países, ya que al estar equipado con un motor norteamericano, para la venta de los aviones se tenía que pedir autorización del Departamento de Estado Norteamericano, que decidió no otorgar la licencia de reexportación de los motores J-79, al no concretar un acuerdo de compensación para General Electric. Esta falta de compensaciones por parte de Israel fue el obstáculo principal para que el Kfir no llegara a México, así de simple, ni el inexistente tratado de Bucareli, ni conspiraciones son las causas. Por su parte la Secretaría de la Defensa Nacional teniendo conocimiento de que otros países como la Argentina no pudieron tampoco obtener la aeronave, causaron el derrumbe de la adquisición mexicana, que de cualquier manera no había cesado en su interés por el caza ligero de Northrop, que era de nueva construcción. A la luz de los años es muy probable que la empresa israelí, al no obtener la autorización para la venta del motor J-79, haya ofrecido a la FAM como lo hizo a la Argentina un avión como el Nesher que era una versión de transición desarrollada a partir del Mirage V con distintas modificaciones, escasa aviónica y reducida capacidad de ataque diurno y sin radar, lo que contrastaba con las prestaciones de un avión nuevo como el F-5E y que inclinaron totalmente la opción de compra hacia el avión de Northrop. Es de hacer notar que lo que México y la Argentina no lograron, el Ecuador si lo lograría, ya que comenzó a operar el Kfir en su Fuerza Aérea a partir de marzo de 1982, muy probablemente autorizando la importación del motor norteamericano como
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Mediante un comunicado la Fuerza Aérea Colombiana (FAC), señalo que se encuentra en un proceso para la adquisición de nuevas aeronaves de superioridad aérea. El Escuadrón de Superioridad Aérea con el que cuenta la Fuerza Aérea de ese país está equipado con aviones Kfir, C-12 que tienen en este momento la tecnología de punta para responder a todos los requerimientos operacionales que demanda su misión constitucional: la defensa de la soberanía. La operación del Kfir C-2 está en el punto más alto de su capacidad, en cuanto a idioma, entrenamiento, técnicas, tácticas, procedimientos y también tecnología, permitiendo a la Fuerza Aérea Colombiana participar con el Escuadrón Kfir en ejercicios combinados de gran exigencia, como Red Flag, en donde la interoperabilidad demanda los más rigurosos estándares operacionales. No obstante las capacidades del sistema Kfir, el tiempo de vida de la estructura de la aeronave, la cadena de soporte logístico, la sostenibilidad del equipo, la relación costo-beneficio, entre otros aspectos, han llevado a establecer como prioridad, en el plan de reposición de aeronaves, el reemplazo de este escuadrón. Desde hace más de cuatro años, la Fuerza Aérea Colombiana adelanta un análisis de factores técnicos, operacionales y logísticos con el fin de establecer cuáles serían las plataformas más adecuadas para reemplazar la flota de Kfir, aunque reemplazar aeronaves es un proceso que toma tiempo, por la gestión de recursos para financiar el proyecto, la disposición de los estados para proveerlos, las líneas de producción para compra de aviones nuevos o la disponibilidad de escuadrones de usados, entre muchos otros factores a considerar. En ese sentido la FAC señala que diferentes países, entre los que se cuentan España, Suecia y Estados Unidos, han presentado propuestas formales a Colombia para reemplazar su Escuadrón de Superioridad Aérea. De acuerdo con la Política de Defensa y Seguridad para la Legalidad, el Emprendimiento y la Equidad, es interés del Estado Colombiano fortalecer las capacidades militares de defensa para la disuasión. En este sentido, aeronaves como el SAAB Gripen, Eurofighter y F-16 se encuentran en evaluación, proceso que permitirá a la Institución presentar recomendaciones para la toma de decisiones, en el momento que el gobierno colombiano así lo determine. En días pasados el Comando Aéreo de Combate N° 1 de la FAC a través del Grupo Técnico-Escuadrón de Mantenimiento, emitió un informe sobre el estado actual de la flota de aviones IAI Kfir C10/12, compuesto por tres biplazas y 19 monoplazas, dentro de los servicios de mantenimiento programado y no programados que ejecuta la compañía Israel Aerospace Industries Ltd (IAI). De acuerdo con lo anterior se informó que la disponibilidad de la flota de cazas a mes de julio es de un 50%, lo que entra dentro de los parámetros establecidos, con una leve disminución en comparación al mes de mayo.
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Red Flag es el principal ejercicio de entrenamiento de combate aire-aire de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que se realiza en la base aérea de Nellis en Nevada. El ejercicio ‘Red Flag 18-3’ se realizó del 23 de julio al 3 de agosto y asistió la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) con seis de sus Kfirs altamente actualizados. Red Flag 18-3 brindó a la Fuerza Aérea Colombiana la experiencia de múltiples salidas intensas de combate aéreo en un ambiente de entrenamiento seguro. En su camino a Red Flag 18-3 los Kfirs colombianos se detuvieron en la Base Aérea Davis-Monthan del 5 al 16 de julio para entrenar con A-10 Thunderbolt II y F-16 Fighting Falcons. «Esta semana es muy importante aquí en Davis-Monthan porque nuestros pilotos y la tripulación pueden entrenar junto a los miembros de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, lo que permite un mejor entorno de entrenamiento para todos«, dijo el Brig. De la Fuerza Aérea Colombiana. Gen. Pablo Garcia, Comandante del Comando Aéreo 1. La Fuerza Aérea Colombiana envió 130 efectivos para apoyar a los seis aviones de combate Kfirs, acompañados por el 767 Júpiter. Mientras estuvieron en la Base Davis-Monthan, los Kfirs volaron misiones de entrenamiento de combate aire-aire con A-10 Thunderbolt II del Escuadrón de Cazas 354 «The Bulldogs» y F-16 Fighting Falcons del Ala 162 de la Guardia Nacional Aérea de Arizona. «Fue un entrenamiento increíble, un calentamiento formidable antes de Bandera Roja«, dijo el comandante de la Fuerza Aérea Colombiana Freddy Figueroa, comandante del Escuadrón de Cazas 111 °. «Estamos muy orgullosos, fue un gran honor volar con ellos«. Durante la estadía de la Fuerza Aérea Colombiana en la Base Aérea Davis-Monthan, visitaron la 12ª Fuerza Aérea (Fuerzas Aéreas del Sur), se reunieron con el 12º Comandante de AF (AFSOUTH), Teniente General Mark Kelly, y oficiales de enlace de países socios de Colombia, Brasil, Chile y Argentina. La 12ª Fuerza Aérea es el componente aéreo y espacial del Comando Sur y lleva a cabo cooperación de seguridad y proporciona capacidades aéreas, espaciales y ciberespaciales. Ya en Nellis el coronel Michael Mathes, comandante del 414° Escuadrón de entrenamiento de combate, dijo: «Son oportunidades incomparables para nuestros aviadores, los participantes internacionales de los servicios hermanos de experimentar escenarios realistas de combate que los preparan para futuros conflictos. «La participación de la Fuerza Aérea Colombiana para esta iteración de ‘Red Flag’ se basa en la asociación y cooperación de larga data de nuestros dos países«, dijo Mathes. «Continuamos aprendiendo unos de otros y la información que obtenemos en las operaciones de los demás nos asegura que mantenemos un alto nivel de preparación mutua«. Para la Fuerza Aérea Colombiana, participar por segunda vez en ‘Red Flag’ significa la oportunidad de aumentar el entrenamiento de nuestros pilotos en un entorno muy desafiante», dijo el General de Brigada Pablo García, comandante del Comando Aéreo de Combate 1. «Estamos listos para aprender, aplicar nuestro conocimiento y obtener más experiencia en maniobras aéreas de combate con escuadrones de combate de la Fuerza Aérea Norteamericana.» Para Colombia, el Kfir fue una plataforma exitosa y comprobada a principios de 2008, la FAC anunció la adquisición de 13 aviones adicionales. Los once C7 supervivientes, más los 13 nuevos fuselajes, se actualizarían a los estándares C10, C12 y TC12. Uno de ejemplos de esta actualización fue la adopción de un nuevo cono de nariz de los programas Kfir 2000 y Kfir CE que permitió la adición del radar multimodo avanzado Elta EL/M-2032. El trabajo también anunció la llegada de la cabina de Elbit DASH (Display And Sighting Helmet), dos nuevos monitores multifunción en cabina, misiles Python 5 y una nueva capacidad Beyond Visual Radar (BVR) a través del misil Rafael Derby. Entre las mejoras realizadas se agregó el link-16 un enlace de datos nuevo, el pod de orientación Litening de Rafael y el pod de reconocimiento Reccelite. Imágenes: vía USAF
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