Por José A. Quevedo De acuerdo con el Warship Market Report 2023-2028, se espera que el mercado de buques de guerra en las naciones más activas del mundo tenga un valor acumulado de casi 148 mil millones de dólares para ese período. Estados Unidos es el mayor contribuyente a este gasto, con casi 93.500 millones de dólares, el 63% del mercado total, seguido por India (10.600 millones de dólares), Australia (6.500 millones de dólares), el Reino Unido (6.500 millones de dólares) y Alemania (5.800 millones de dólares). El programa de reemplazo de portaaviones de la US Navy, iniciado en 2015, es, con diferencia, el más grande y se estima que costará casi 70 mil millones de dólares para 2037 (19.400 millones de dólares entre 2023 y 2028). Por su parte, México es el mercado de buques de guerra más grande en Latinoamérica, con un gasto acumulado de U$S 2.500 millones durante 2023-2028 estimándose que el mercado aumentará de 400 millones de dólares en 2023 a 450 millones de dólares en 2028, a una tasa compuesta anual del 2,4%. Desde hace un par de años la secretaria de Marina detalló a través de una solicitud de transparencia que requería ocho buques tipo Patrulla Oceánica de Largo Alcance (POLA) incluida la POLA 101 con lo que se podría incrementar la seguridad marítima del país pues cuatro de ellas se destinarían al océano Pacífico y otras cuatro al Golfo de México y el Mar Caribe. La POLA 101 es la más poderosa de la flota mexicana y destaca por su modernidad dentro de los buques de gran tamaño con los que cuenta la armada mexicana. La embarcación se botó en 2018 y fue en 2020 cuando se incorporó a las funciones de la Armada Mexicana de manera formal. La construcción de más POLAS permitiría una mayor presencia y capacidad de respuesta en aguas azules, así como una vigilancia más efectiva de las costas y zonas marítimas de interés. En noviembre de 2018 el gobierno mexicano realizó la botadura de su primera POLA, llamada en un primer momento como ARM Reformador, aunque después con el nuevo gobierno paso a llamarse Benito Juárez, siendo la primera de ocho que construirían en los astilleros navales ASTIMAR con apoyo de los astilleros de la empresa Damen. Este buque está basado en el diseño de la fragata SIGMA 10514, esperando que cada barco tenga un alcance de más de 5.000 millas náuticas, pudiendo equiparse con misiles Harpoon Block II, además de misiles antiaéreos RAM, un lanzador MK56 VLS de 8 celdas de misiles tácticos Evolved Sea Sparrow, torpedos MK-54 y el sistema de defensa electrónica RIGEL de Indra. Su eslora es de 107 metros, tiene una velocidad máxima de 27 nudos y podrán operar en alta mar por hasta 20 días. La POLA es considerada como la embarcación más moderna de la flota de buques mexicanos y de las Armadas de América Latina. Aunque en Holanda se construyeron dos de los cinco módulos que integran la embarcación ya entregada, los otros tres fueron construidos en México, con mano de obra cien por ciento mexicana, dando cumplimiento así al objetivo de impulsar la industria en el ámbito naval, pues se generaron, a lo largo de estos años de construcción, un total de 400 empleos directos y más de mil indirectos, solo por una embarcación. En una decisión no explicada el gobierno mexicano canceló todos los programas militares de modernización y equipamiento, con lo que se dejaron de construir los proyectos navales que se tenían en puerta, como el programa POLA, afectando severamente la capacidad de la Armada de México para la vigilancia y patrulla en costa y altamar al contar con solo un buque de gran capacidad construido en el gobierno del presidente Peña Nieto (2012-2018) México necesita más Patrulleros Oceánicos de Largo Alcance (POLA) para fortalecer su vigilancia marítima. Se estima que se requieren al menos siete POLAS adicionales para cubrir eficazmente las extensas costas y zonas económicas exclusivas del país. La Marina-Armada de México (SEMAR) ha expresado la necesidad de ampliar su flota de patrulleros oceánicos para garantizar la seguridad y protección de los recursos marinos, combatir actividades ilícitas y proteger la soberanía nacional. La construcción de más POLAS permitiría una mayor presencia y capacidad de respuesta en aguas profundas, así como una vigilancia más efectiva de las costas y zonas marítimas de interés. México cuenta con más de 11,000 kilómetros de costas y una vasta Zona Económica Exclusiva que requiere vigilancia constante. La vigilancia marítima es crucial para proteger los recursos marinos, como la pesca y los yacimientos petroleros, de actividades ilegales como la pesca furtiva y la extracción no autorizada. Un mayor número de POLAs ayudaría a combatir el narcotráfico, el tráfico de personas y otras actividades delictivas que se realizan en el mar. La construcción de nuevas POLAs podría impulsar la industria naval mexicana y generar empleos. Siendo una inversión estratégica que permitiría a México fortalecer su capacidad de vigilancia marítima y garantizar la seguridad de sus costas, recursos y población.
READ MORELa Armada de México ha liberado varias imágenes en pruebas en alta mar de su buque más poderoso y moderno el ARM Reformador (POLA-101) tras 15 meses de construcción, en el astillero de Marina N° 20 en Salina Cruz Oaxaca. En este momento el buque esta en pruebas y fase de alistamiento donde se instalarán los diferentes sistemas y equipos con los que contará y se realizarán las pruebas necesarias previas a su entrada en operación, como parte de la flota de la Fuerza Naval del Pacífico. Asimismo, se efectuará el adiestramiento para el personal que integrará su primera tripulación, lo que le llevará todo el 2019 y se tiene planeada su entrada en servicio activo para los primeros meses de 2020. Basada en la fragata SIGMA 10514 (Ship Integrated Geometrical Modularity Approach) del constructor DAMEN Shipyards, está compuesta por seis grandes módulos, dos se fabricaron en Países Bajos (propulsión y sistema de armas/puente) y el resto en México (proa, popa, superestructura de popa y superestructura de centro). La Armada de México planea poner en servicio ocho de estos buques denominados Patrulla Oceánica de Largo Alcance a lo largo de 20 años convirtiéndose en el más complejo proyecto de construcción naval que lleva a cabo. Se le adquirió para realizar misiones de vigilancia y protección para la salvaguarda de la Soberanía Nacional, más allá de la Zona Económica Exclusiva (ZEE), operaciones de búsqueda y rescate de largo alcance, ayuda humanitaria nacional e internacional y ejercicios multinacionales. Posee una eslora de 107.5 metros, una manga de 14.02 metros y 3.9 metros de calado, alcanza una velocidad máxima de 27 nudos aunque su velocidad de crucero es de 16 nudos. Cuenta con un desplazamiento de 2,570 toneladas y tiene un alcance de más de 5,000 millas náuticas (9,260 km) y una autonomía de más de 20 días sin repostar. Su tripulación es de 122 elementos de los cuales se planea que el 40% será femenino. En su popa cuenta con una plataforma para anaveaje y un hangar para un helicóptero embarcado de hasta 11 toneladas, mismo que no se ha definido, aunque podría comenzar a operar con cualquiera de los helicópteros navales Phanter, Blackhawk e incluso un Cougar. Para continuar el concepto operativo trinomio buque-helicóptero-lancha, llevara dos embarcaciones, una de rescate y otra para interceptación. Su propulsión será combinada diésel mecánica y diésel eléctrica que le dan 13,410 hp, aplicada a dos ejes y dos propelas. Cuenta con un puente y centro de mando con instrumentación completamente digital, con sistemas de telecomunicación de última generación que le permite estar enlazada en tiempo real con el Centro de Mando y Control de la Armada de México. Al operar tendrá capacidad de detectar y analizar la presencia de buques y aeronaves, a través de señales de radar dentro de las proximidades durante sus operaciones para determinar el tipo de plataforma y su nivel de amenaza ya que está equipada con sistemas de detección con tecnología de punta, de las marcas THALES e INDRA, además de un sistema integral de control de comunicaciones HERMESYS que es un sistema integral de control de comunicaciones seguras y eficientes. Además con la tecnología de THALES podrá detectar la presencia de vehículos submarinos por medio de un sonar de profundidad variable. Así mismo, proveerá la información necesaria para apoyar en la toma de decisiones de la tripulación, alertándolos sobre riesgos y amenazas durante el desarrollo de las diferentes operaciones. Cuenta con el sistema de defensa electrónica RIGEL RESM/RECM de INDRA, que detecta y analiza señales radar en el entorno de misión del buque e identifica el tipo de radar al que corresponde, lo que ayuda a determinar el tipo de plataforma de la que se trata y nivel de amenaza. Su armamento consta de un cañón naval BAE Systems Bofors Mk3 de 57 mm, un cañón de 25 mm, un cañón Mk 38 Mod 2, dos sistemas de lanzamiento para tres torpedos ligeros Rayteon MK 54 Mod 0 cada uno, lanzadores dobles de misiles antibuque RGM-84L Harpoon Block II. También cuenta con un sistema de lanzamiento de misiles MK-44 Mod 3, para misiles Raytheon RIM-116 Rolling Airframe Missile (RAM) Block II, contra ataques con misiles antibuque, además de un sistema de lanzamiento de bengalas/señuelos.
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