• Volar sobre la Ciudad de México

    Volar sobre la Ciudad de México0

    Por: Ihuitl Maldonado Gastelum Contar con la oportunidad de volar en un desfile aéreo es un privilegio, independientemente de la experiencia en sí, también permite observar en primera línea el desempeño de la Fuerza Aérea Mexicana y de la Aviación de Marina durante los preparativos que una operación de este tipo representa y el cómo se lleva a cabo.  Amigos lectores, en esta ocasión he decidido cambiar un poco el artículo que tradicionalmente les presento sobre la parada aérea del 16 de septiembre, de manera usual les he reportado desde un punto de vista más… digamos técnico, comento en que aeronave volamos, los elementos que componen el contingente aéreo, los escuadrones, etcétera, definitivamente no dejaré de proporcionarles esos datos pues claro que son importantes, sin embargo es mi intención el tratar de transmitirles la experiencia en sí, el que Ustedes, a través de mis líneas puedan saber e imaginar la participación en el evento y con ello entender y disfrutar la labor que como prensa especializada en aviación llevamos a cabo. La labor inicia semanas antes, cuando uno solicita la acreditación ante SEDENA para asistir como prensa a cubrir la parada aérea, para esto ya debe estar acreditado el medio, es decir: el periódico, medio electrónico, revista o canal de televisión en el cual uno colabora y esperar el proceso que concluye con la llamada telefónica en algunas ocasiones o el correo electrónico en otras donde se confirma la acreditación, de allí es estar atento a los diferentes comunicados que emite la sección correspondiente a relaciones públicas donde se invita a los preparativos, vuelos de práctica, ensayo general y por supuesto a la parada aérea del día 16; para este año la cita quedó confirmada a las 5:15 a.m. en el acceso de la Base Aérea No. 1 de Santa Lucía y no en el cuartel general de la FAM como tradicionalmente sucede, por lo que la jornada inició aún más temprano, las 3:00 a.m., a esa hora el despertador me arranco del profundo sueño en que me encontraba con pensamientos aún del grito de Independencia de tan solo hacia unas horas y en el que lo relevante fue la escolta que entregó la bandera al Presidente de México conformada por cadetes femeninos del Colegio del Aire, algo totalmente positivo y que dejaba de manifiesto la participación activa de la mujer dentro de la Fuerza Aérea Mexicana; en fin, presto me alisté para acudir al llamado, verifiqué mis equipos fotográficos, mi libreta de apuntes y salí por mis compañeros de Méxicoaeroespacial: José Antonio y Mariano; en las calles y avenidas aún circulaban personas que iban de regreso de los festejos patrios encontrando a uno que otro pasado de copas, por lo que había que irse con cuidado. Para las 4:20 a.m. ya nos encontrábamos circulando sobre la autopista rumbo a Santa Lucía para arribar a las 5:10 a.m., descubriendo que algunos medios de prensa ya se encontraban en el sitio, estos y aparentemente uno que otro spotter que se había logrado colar; por supuesto el personal militar ya se encontraba listo y procedía a organizar al numeroso grupo que se estaba formando, finalmente a las 5:40 a.m. nos dirigimos a las instalaciones de la Escuela Militar de Tropas Especialistas de la Fuerza Aérea –EMTEFA- para ser sometidos al examen médico pre vuelo, tramite de calificación obligatoria si uno pretendía abordar algún tipo de aeronave, este verifica el que uno se encuentre apto para el vuelo y en buena condición física, desafortunadamente algunos no lo aprobaron con la consiguiente permanencia en tierra; posterior al examen el personal de la Sección Segunda del Estado Mayor de la Fuerza Aérea, conocido como A-2, realiza la selección de reporteros para cada una de las distintas aeronaves, ya fuesen de ala fija o de ala rotativa, la solicitud la realiza el reportero y queda condicionada al espacio disponible en la unidad; personalmente me gustan los helicópteros, a la fecha he contado con la oportunidad de volar en S-70A24 “Black Hawk”, CH-53 “Stallion”, Bell 407 y HM-225M “Cougar”, el cual pretendía repetir en esta ocasión, desafortunadamente ya no existía disponibilidad por lo que solicite el nuevo UH-60M “Black Hawk” del Escuadrón Aéreo 106, una vez completado el trámite lo conducente era alimentarse, hay que tomar en cuenta que nos encontrábamos activos desde la madrugada y el cuerpo gritaba por alimento, lo recomendable es tomar algo ligero, nunca es conveniente comer de más pues el movimiento durante el vuelo puede conseguir que uno decore los asientos de la aeronave lo cual no es nada agradable y sí muy vergonzoso, tras el desayuno ya habían dado las 9:00 a.m. y nos trasladamos a los distintos hangares en espera de las instrucciones de pilotos y tripulación para el abordaje. Previo a subir a las aeronaves se nos es impartida una plática de seguridad, donde se revisan básicamente los procedimientos en caso de emergencia, en el caso de los helicópteros se indica por donde descender de este y hacia donde caminar evitando el cruce con las palas que podrían seguir girando, que no se puede tocar dentro de la aeronave, así como la asignación del asiento, se explica cómo asegurarse y destrabar los cinturones de seguridad y cómo proceder durante las fases de despegue y aterrizaje; en algunas ocasiones se nos invita al Briefing que es una reunión pre vuelo donde se revisa por última ocasión el patrón de espera y pase, los reportes meteorológicos, ajustes finales de hora de arranque y sobrevuelos sobre la Plaza de la Constitución, una vez concluido las tripulaciones se dirigen a sus aeronaves quedando solamente el esperar la hora de inicio; finalmente y tras una espera en que pude realizar algunas tomas en tierra del personal dando los últimos ajustes a las aeronaves dieron las 10:30 a.m., hora de arranque de motores, abordamos nuestras unidades, nos aseguramos y preparamos nuestros equipos, afortunadamente el “Black Hawk” al que se me asigno solamente nos llevaba a un camarógrafo y a un servidor por lo que

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