Por José A. Quevedo Los F-5E/F mexicanos siempre han despertado el interés de la gente tanto a favor y últimamente en contra, siendo hasta la fecha los únicos aviones supersónicos de combate en México, recayendo la defensa aérea “estratégica” de los cielos mexicanos en el Escuadrón Aéreo 401, de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) basado en la base aérea militar N° 1 en Santa Lucía. El F-5E/F es un avión de tercera generación, que utiliza como armamento un radar integrado para operar misiles aire aire y dos cañones de 20 mm. Hasta el 2023 continuaba como el noveno avión más utilizado en el mundo con unos 400 ejemplares de este tipo que se mantienen operativos alrededor del mundo. Con ese dato podemos concluir que el F-5 ha sido y es muy apreciado por sus operadores alrededor del mundo, en América latina tanto Chile como Brasil los mantienen en servicio en primera línea, después de haberlos modernizado, pese a haber adquirido aeronaves de combate de cuarta generación como el F-16 o el Gripen; en Suiza y Corea del Sur ha costado mucho trabajo reemplazarlos y continúan activos. Su bajo costo de operación y su gran desempeño hacen difícil encontrar un sustituto, aunque Corea parece haber encontrado el avión sustituto con el FA-50, ahora el problema es que el ritmo de producción no es tan rápido como para sustituir a todos los tigres de Northrop. En los Estados Unidos la Armada de ese país mantiene una flota importante de F-5 modernizados llamados F-5N, que vuelan en misiones de aviones agresores y combate aéreo disimilar. Los F-5E/F mexicanos han tenido situaciones económicas y políticas que hicieron que las flota se estacionara en 12 unidades de las 26 originalmente propuestas, el haber contado con los 26 aviones hubiera permitido a la FAM contar con una base más amplia para continuar con la operación con aviones modernizados tal y como lo hace Brasil o mejor aún tener un avión como el F-20 que se ofreció a México en 1986, pero que por efectos del impacto económico del sismo de septiembre de 1985, se alejó toda posibilidad de más F-5E o F-20 antes de cerrar la línea de producción de Northrop. En el 2002, el gobierno del presidente Fox trató de obtener más aeronaves de segunda mano en Suiza y en Arabia Saudita pero no lo consiguió, durante casi cuatro décadas de operación la unidad ha sufrido dos accidentes fatales, aunque varios motores recibieron mantenimiento en el 2019, persisten las dudas sobre la operatividad de la flota ya que en los últimos años no se ha visto mas de tres aeronaves operando juntas. El Escuadrón Aéreo 401 cuenta además con una dotación de misiles Sidewinder AIM-9P3 supersónicos, aunque sus números exactos son información confidencial. La llegada de nuevas tecnologías y las plataformas con capacidad BVR más allá del rango visual relegaron el avión a un rol secundario en la defensa aérea, por lo que se convirtió en una necesidad modernizar al F-5E para que contara con la capacidad de integrarse plataformas de vigilancia y mejorar su radar, desafortunadamente para México ninguno de sus vecinos cuenta con esta tecnología que obligaría a la FAM a modernizar sus aviones. En el escenario geopolítico actual todos los analistas excluyen a los Estados Unidos como una amenaza tanto por el nivel de integración económica con este país como con Canadá, con los cuales se tienen tratados de libre comercio así como por la capacidad militar norteamericana, lo que reduce a cero una hipótesis de guerra que viniera del norte así que los posibles escenarios de conflicto sólo incluyen por el momento a Centroamérica y el Caribe, los países sudamericanos están muy lejos como para considerarse una amenaza y un escenario conflictivo en el pacífico aunque latente por el momento no es factible. Si echamos un vistazo al almanaque de fuerzas aéreas mundiales 2024, veremos que ninguno de los países de la zona cuenta con una aeronave de las capacidades del F-5E mexicano ya que los F-5 hondureños están limitados por falta de recursos para su mantenimiento y los demás aviones son entrenadores A-37 subsónicos, los aviones cubanos por su parte en su mayoría de MiG-21 y MiG-23 y de acuerdo a reportes de inteligencia, solo unos cuantos son capaces de volar, ya que la flota de MiG-29 ya no opera por corrosión salina en varios de sus componentes por lo que no representan un riesgo militar para la Fuerza Aérea Mexicana, por lo que el abanico de misiones del F-5E continúa siendo vigente en escenarios convencionales, esto no significa que se actúa del modo irresponsable de hecho la Fuerza Aérea Mexicana y la misma Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con toda responsabilidad hasta el 2018 atendieron necesidades estratégicas y de defensa con nuevas aeronaves y modernización de las mismas para los planes de apoyo a la población, la renovación de la flota de helicópteros, la modernización de los esquemas de entrenamiento, infraestructura de bases aéreas y finalmente los activos para vigilancia. Después de seis años sin equipamiento, México debería seleccionar una nueva plataforma para operar la defensa del espacio aéreo, el primer paso que era el contar con la aeronave de adiestramiento con tecnología de punta ya se logró con la incorporación de los T-6C Texan II, que permite preparar a los pilotos para una aeronave de capacidades superiores como el F-16 o el F-18, según los planes de modernización de la Fuerza Aérea Mexicana entre el 2024 y el 2030, el F-5E debería ser sustituido por 24 interceptores muy probablemente aviones de generación 4.5 con la tecnología necesaria para contar con un reemplazo adecuado, siendo así las opciones reales se reducen a cazas ligeros producidos en los Estados Unidos, en Suecia/Brasil y Corea del Sur.
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